Fig. 9b. Perseo huye con la cabeza de Medusa en el zurrón.

Esta figura y la anterior ocupan caras opuestas de la misma ánfora. El efecto de tal disposición es vivido y divertido. (Véase Furtwängler, Hauser y Reichhold, op. cit., serie III, texto, p. 77, fig. 39).