Presentación

Los lectores estadounidenses de HYPERION (1989 - Nova 41) tuvieron que esperar un año para poder leer LA CAÍDA DE HYPERION (1990 - Nova 42), su imprescindible continuación. Más pacientes han tenido que ser ahora con este brillante díptico ILIÓN/OLYMPO, que se ha demorado dos años, entre 2003 y 2005, en aparecer completo en el mercado estadounidense. Y, si bien en 1990 fue posible publicar en España los dos primeros libros de HYPERION casi uno a continuación del otro, en esta ocasión el lector español ha tenido que sufrir también esos mismos dos años de espera para poder conocer al completo la compleja y espectacular visión de Dan Simmons sobre la recreación de la ILÍADA de Homero en clave de ciencia ficción. Aunque, evidentemente, hay mucho más que eso en esta maravilla formada por los cuatro volúmenes que, en nuestra edición (y en casi todas las europeas), va a tener la nueva y también inolvidable obra de Dan Simmons.

Los hoy llamados CANTOS DE HYPERION, formados por HYPERION (1989 - Nova 41) y LA CAÍDA DE HYPERION (1990 - Nova 42), son ya un hito en la ciencia ficción moderna. Unos años más tarde les siguieron ENDYMION (1996 - Nova 98) y EL ASCENSO DE ENDYMION (1997, Nova 120). Pero iba pasando el tiempo y Dan Simmons parecía haber olvidado esa temática de la ciencia ficción que tan brillante y satisfactoriamente supo abordar.

Profesional sobresaliente y polimorfo como pocos, Simmons se ha dedicado también, y siempre con gran éxito, a la novela de terror con la que obtuvo sus primeros éxitos, como LA CANCIÓN DE KALI (1985) o LO VAMPIROS DE LA MENTE (1989) y, más recientemente, incluso a la novela de suspense y espionaje con THE CROOK FACTORY (1999) y EL BISTURÍ DE DARWIN (2000).

Sólo THE HOLLOW MAN (1992 - prevista en Nova para el año 2007), con disquisiciones casi metafísicas en torno a la telepatía y la soledad, podía, en cierta forma, emparentarse con la ciencia ficción. Y debo decir que, dado el peso relativo del mercado editorial en uno y otro géneros, casi me temía que Simmons decidiera no volver a la ciencia ficción.

Afortunadamente me equivocaba.

Si pasaron seis años desde HYPERION a ENDYMION, otros seis han transcurrido desde el final de esa saga hasta el inicio de otra llamada incluso a superarla.

HYPERION venía a ser la reconstrucción de los CUENTOS DE CANTERBURY, de Chaucer, en clave de ciencia ficción; la nueva saga, formada por ILIÓN (2003- Nova 167 y 176) y OLYMPO (2005- Nova 194 y 195) podría considerarse, en una primera aproximación, la reconstrucción de la Ilíada de Homero en clave de ciencia ficción. Pero sólo en una primera aproximación: cualquier obra de Simmons incluye demasiados elementos para reducirla a una única caracterización…

Por eso, si junto a los CUENTOS DE CANTERBURY hallábamos en HYPERION un análisis de diversas culturas religiosas de la humanidad y la brillante intervención de un personaje como el poeta John Keats, en ILIÓN/OLYMPO hay también múltiples referencias a otras obras y personajes capitales de la mejor literatura de la humanidad: EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, de Marcel Proust, LA TEMPESTAD, de William Shakespeare, sin olvidar el papel de esos humanos de la Tierra del futuro convertidos en émulos de los «eloi» de Herbert G. Wells (LA MÁQUINA DEL TIEMPO), eso sí, no enfrentados a ningún tipo de «morlock», pero sí bajo la atenta vigilancia y supervisión aquí de unos misteriosos voynix de origen desconocido.

A juzgar por estos comentarios, algún lector que no conozca la obra de Simmons podría pensar que en el caso de ILIÓN/OLYMPO nos hallamos ante una obra que, debido a su erudición, ha de resultar pesada e incómoda de leer. Nada más lejos de la realidad: los lectores que conocen a Simmons recuerdan (diré que con suma satisfacción) el carácter absorbente y dinámico de todas sus novelas, escritas con las mejores y atrayentes técnicas de los best-sellers más al uso, pero dotadas de una mucho mayor profundidad reflexiva y emotiva. Simmons es uno de los mejores escritores de hoy y a sus obras me remito.

La trama de ILIÓN/OLYMPO se estructura en torno a tres grandes ejes. Por una parte está esa épica aventura del asedio y conquista de Troya (Ilión), presenciada con el distanciamiento que proporcionan los comentarios de un observador como el escolástico Thomas Hockenberry. Se trata de un personaje misteriosamente revivido y presente en este Marte cuyo monte Olimpo se ha convertido en la morada de los posthumanos, quienes, gracias a su tecnología, se comportan como los dioses de la saga homérica. Curiosamente, la publicación española de Ilión coincidió con la distribución de la nueva versión cinematográfica de la historia del asedio de Troya: la película de ese título dirigida por Wolfgang Petersen. En ella resultaba fácil constatar que la ausencia de los dioses en el film es un grave hándicap (¿qué sería de la ILÍADA y la ODISEA sin las intervenciones divinas?) que, afortunadamente no lastra la novela de Simmons. La ILÍADA no es sólo una historia heroica, es algo más que Homero y Simmons (éste por mediación del personaje Hockenberry) no dejan de recordarnos a cada momento: los seres humanos como marionetas en las manos de unos dioses que a veces tienen comportamientos y motivaciones sumamente humanos…

Si la reconstrucción de la aventura homérica en clave de ciencia ficción puede ser, tal vez, el eje central de la trama, lo cierto es que Simmons proporciona otros ejes temáticos que le permite conectar con otras obras también indiscutibles de la historia de la literatura. En nuestro mismo sistema solar, más allá de los asteroides, viven los «moravec» (en claro homenaje al famoso robotista actual Hans Moravec), entidades robóticas semiorgánicas, independientes de los humanos desde hace tiempo. Conocedores del gran incremento de la actividad cuántica que se manifiesta en Marte, los moravecs inician una expedición cuyo alcance sólo conocen algunos de sus miembros. Eso permite a Simmons introducir a dos moravecs obsesionados respectivamente con la obra de Shakespeare (los sonetos y LA TEMPESTAD, primordialmente) y con EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, de Marcel Proust.

Y todo ello sin olvidar a esos humanos de la Tierra del futuro, que parecen aceptar gozosos y tal vez inconscientes una vida insulsa y con escaso sentido al margen de todo lo que sea lúdico. Como ya se ha dicho, se trata de un nuevo homenaje literario, en este caso a los «eloi» los ociosos personajes de LA MÁQUINA DEL TIEMPO, de H. G. Wells. Dejo para los lectores interesados la búsqueda de la muchas otras referencias literarias y culturales que este excepcional díptico Ilión/ Olympo encierra. Es uno de los bonus añadidos del mismo.

Literatura dentro de la literatura, lo cierto es que, como ocurriera en HYPERION, Simmons demuestra su incuestionable maestría como narrador y su profundo conocimiento de las mejores obras de los mejores escritores que le han precedido. En realidad, con un sentido casi teatral, Simmons propone un relato a tres voces que va alternando con mesura y juicio, componiendo un fresco impresionante que intriga al lector.

Los lectores que conocen mi tendencia a divagar en estas presentaciones tal vez se hayan sorprendido de la parquedad que he mostrado en las de ILIÓN/OLYMPO. Desde el primer momento, la sorpresa por la excepcional magnitud que tomaba el aspecto épico de la narración, la multitud de hilos temáticos y las muchas referencias literarias utilizadas me llevaron a temer básicamente dos cosas: por una parte, que Simmons no acertara a «cerrar» adecuadamente esta prometedora aventura y, por otra, el que yo mismo en estas presentaciones pudiera revelar aspectos de la trama y los contenidos cuya averiguación, creo yo, son uno de los mejores alicientes para satisfacción del lector de esta gran saga. Como era de esperar, Simmons no defrauda y, en mi caso, simplemente he optado por «callar» bastante en estas presentaciones y repetir una y otra vez lo que se dijo en la primera entrega.

No les voy a decir ahora nada nuevo, sólo certificar mi convicción de que la conclusión de este gran fresco narrativo que es ILIÓN/OLYMPO resulta francamente satisfactoria. Se trata de la mejor conjunción que he visto en las últimas décadas de una preocupación claramente humanista (Homero, Shakespeare, Proust lo avalan) unida a la visión tecnocientífica ya inevitable en el siglo que acaba casi de comenzar en donde la nanotecnología, la mecánica cuántica, lo «ultra-tec» en suma están también al orden del día. Simmons ha hecho muy bien sus deberes y nos ofrece lo que el autor Peter F. Hamilton considera van a ser «los nuevos estándares para la ciencia ficción del nuevo siglo». Ojalá fuera así, aunque me temo que autores con la capacidad narrativa y el poso cultural de Simmons hay muy pocos… En cualquier caso, ahora el modelo existe, ILIÓN/OLYMPO va a convertirse en un referente inevitable y es también evidente que, tal como suele decirse, el listón ha quedado muy alto.

Sí les voy a citar el párrafo final de la inteligente e interesante reseña que T. M. Wagnerha hecho de OLYMPO en SF Rewiews (http://www.sfre- views.net/olympos.html), que les recomiendo encarecidamente. Creo que explica bien el sentido (o, al menos, uno de los sentidos…) de la saga ILIÓN/OLYMPO:

«Una de las maneras en que el pasado informa el presente es a través de la narrativa mítica que pasa de generación en generación. A medida que la humanidad evoluciona, también lo hacen nuestros mitos y OLYMPO en sí mismo se ofrece como un ejemplo de ello. Al revisar y recontextualizar la épica de Homero y Shakespeare, Simmons parece intensamente consciente de que las futuras generaciones pueden ver esas revisiones como la épica de nuestro propio tiempo. ¿Pretencioso? A grandes rasgos, es posible que sí. Pero no lo es en la manera en que lo maneja Simmons. Para él, narrar y volver a narrar las grandes historias es algo que está en el núcleo de lo que somos. No podemos dejar de narrar historias de la misma manera que no podemos dejar de comer, dormir o hacer el amor. Es ese homenaje a ese proceso de narrar historias lo que hace que OLYMPO sea una obra maestra.»

Es fácil estar de acuerdo, al menos en el hecho de que ILIÓN/OLYMPO es una verdadera obra maestra y, además, añado yo, un hito ya imprescindible en la historia de la moderna ciencia ficción. No es poca cosa.

Un último comentario final. Personalmente me encuentro estos últimos años añorando ese interesante período de la narrativa cuando los autores se conformaban con escribir una buena novela en doscientas cincuenta o trescientas páginas. No es la moda actual. Y menos en la ciencia ficción.

Ahora cualquier libro se acerca peligrosamente al millar de páginas, y algunos de los más recientes éxitos de Nova lo demuestran, desde TRÁNSITO, de Connie Willis, a CRISIS PSICOHISTÓRICA, de Donald Kinsgbury, pasando por UN ABISMO EN EL CIELO, de Vernor Vinge, sin olvidar el exagerado (en todos los sentidos) CRIPTONOMICÓN, de Neal Stephenson, y sus dilatadas continuaciones que forman EL CICLO BARROCO.

Eso crea graves problemas en las ediciones en algunas lenguas que tienden a una mayor extensión que el inglés original. Y el español es una de ellas. Aunque inicialmente planeábamos publicar ILIÓN en un solo libro, al ver la extensión de la traducción acabamos publicando la obra en dos volúmenes, al igual que se había hecho en Italia y otros lugares de Europa. Esa dilatada extensión y las bajas tiradas de la ciencia ficción en algunos países europeos como España explican esa mala costumbre en la que hemos incurrido la mayoría de editores europeos de ciencia ficción, al menos en los últimos años. Admito que no me gusta tener que hacerlo, pero la realidad y sus presiones acaban imponiéndose. Y en ello hemos recaído ahora con la publicación de OLYMPO.

En cualquier caso, de momento, aquí tienen ustedes, por fin, la primera parte de Olympo. La hemos subtitulado LA GUERRA, ya que la denominación italiana («La guerra de los inmortales», presentada, además, como el volumen 3 de Ilión…) no nos parecía adecuada. En pocos meses más dispondrán ustedes de la segunda parte que concluye el ciclo y que vamos a conocer en España como OLYMPO 2: LA CAÍDA.

Y, hablando de OLYMPO, déjenme contarles algunas curiosidades más.

Aunque en inglés el monte Olimpo recibe el nombre de Olympus, lo cierto es que Simmons ha elegido como título de la novela una variación sobre esa grafía y, en el original inglés, la novela se llama Olympos, con «o» y no con «u». Para intentar mantener esta diferencia, hemos optado por usar OLYMPO como título de nuestra edición, tal como parece querer Simmons: similar pero no igual a Olimpo.

En el texto de su novela (las dos partes) Simmons usa 180 veces la grafía Olympus y sólo 22 veces la grafía Olympos, y debo reconocer que he sido incapaz de comprender si hay alguna razón para el uso de una u otra. Me inclino por pensar que no la hay… Por ello, llevados por el mayor de los pragmatismos, hemos dejado la grafía tradicional Olimpo en todas las referencias al monte Olimpo que salen en la novela.

Y nada más por ahora. Les dejo con la amena y a la vez compleja narración que Simmons ha elaborado para su vuelta, por la puerta grande, a la mejor ciencia ficción de todos los tiempos. Tal como dice el New York Times Book Review: «Ciencia ficción en gran escala… ILIÓN/ OLYMPO aborda un alegre acercamiento al apocalipsis.»

Una gozada. De verdad. Que ustedes la disfruten.

Miquel Barceló