Fynes Morrison describe esta variedad de soldados como sigue: «El que hoy mire a sus Schwarzreiters (esto es, jinetes negros), tiene que confesar que, para hacer brillar sus caballos y sus botas, se hacen a sí mismos tan negros como carboneros. Estos jinetes llevan ropas negras, y aunque son pobres, pierden no poco tiempo en cepillarlas. La mayoría de ellos utilizan caballos negros, y con su fúnebre vestimenta y su afán de sacar lustre con betún negro a sus botas y zapatos, sus manos y caras se vuelven negras, y por esa razón se les aplica el nombre antes dicho. También he oído decir a los alemanes que les gusta ennegrecerse para parecer más terribles a sus enemigos». Itinerario de Fynes Morrison, edición 1617, pág. 165.