Nota del autor

Descubrí la figura de Es Saheli el granadino a finales de 2001, durante mi primer viaje a Tombuctú. Jamás antes había oído hablar de él y la curiosidad me empujó tras su rastro histórico. Quedé fascinado por su obra y ante la increíble epopeya de su vida. Sorprendentemente, su nombre es todavía un gran desconocido. Este olvido resulta del todo inexplicable e injusto, pues posee una biografía tan apasionante como la de León el Africano y otros grandes genios medievales. Tanto su poesía como su obra arquitectónica han llegado frescas y vigentes hasta nuestros días, casi setecientos años después de su muerte. Poeta brillante e insigne arquitecto, legó a la historia de la humanidad el más importante estilo arquitectónico africano, el conocido como arte sudanés, en el que han bebido figuras de la talla de Gaudí y Barceló. La mezquita de Djinguereiber, su obra cumbre, sigue emocionando a los visitantes de hoy. Merece la pena atravesar el océano de arena del Sáhara para perderse en sus penumbras.

Comencé a investigar su vida y, durante siete años, regresé en varias ocasiones a los distintos escenarios andaluces y africanos por los que transcurrió el largo peregrinar del granadino errante. Granada, Fez, El Cairo, Walata, Agadez, Tombuctú, Gao. Todas ellas ciudades míticas que sirvieron de escenario para una vida intensa, atormentada y fructífera.

Agradezco a Ismael Diadié, director de la Biblioteca de Tombuctú, la información que nos permitió publicar un primer libro que titulamos Los otros españoles. Los manuscritos de Tombuctú: andalusíes en el Níger. También agradezco a Antonio Llaguno la investigación que realizó para su libro La conquista de Tombuctú, y que tan útil me resultó para escribir esta obra. Para la transcripción de su poesía utilicé el excelente libro de Fernando Velázquez Lasanta, Un mutanabbi andaluz, dedicado a la Vida y obra del poeta, alarife y viajero granadino Abu Isaq Es Saheli, (s. XIV). También le debo a Ada Romero, traductora de la Rihla de Abana, su rica investigación sobre fuentes históricas del personaje.

La novela está basada en las muchas notas biográficas que sobre Es Saheli existen en la bibliografía clásica. Los lugares, los acontecimientos políticos, las fechas —escritas según el calendario cristiano para facilitar la lectura— y muchos de los personajes responden a la historia real. Los versos que transcribo también son de su autoría. Como escritor me he permitido bucear en el interior complejo de sus sentimientos. Espero no haberlos traicionado.

Cumplo con esta novela el deber de sacar a la luz la vida de un genio universal. Juzgue el lector si merecieron la pena mi dedicación y mi esfuerzo.