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La desbandada
tras la Operación Cobra

El 30 de julio, cuando la 4.a División Acorazada estaba a una distancia notable de Avranches, Montgomery lanzó la Operación Bluecoat. Normalmente Monty no emprendía una ofensiva con tanta precipitación. Parece que una vez más la iniciativa había partido de Dempsey, pero eso no impidió que Montgomery diera a entender que el plan era suyo. Envió el siguiente mensaje por radio a Eisenhower: «He ordenado a Dempsey que arroje por la borda toda cautela y asuma los riesgos que quiera, que acepte cualquier número de bajas que puedan producirse, y que apriete el acelerador en dirección a Vire».1

El 13.°/18.° de Húsares estaba en la reserva, realizando algunas labores de mantenimiento muy necesarias en sus tanques, cuando el comandante de la brigada «detiene su jeep» y dice a uno de sus oficiales que el regimiento va a tener que tomar parte en una batalla el domingo por la mañana.2 Tenían que salir a las 06:00 del día siguiente. Los motores de los tanques habían sido desmontados y hubo que empezar a montarlos de nuevo a marchas forzadas. Algunas unidades recibieron el aviso con sólo treinta y seis horas de anticipación.

Trasladar dos formaciones desde el frente de Caen al extremo más occidental del sector británico en menos de cuarenta y ocho horas representaba una verdadera pesadilla debido a la estrechez de las carreteras. Muchas unidades no recibieron la orden de operatividad hasta que no estaban cerca de sus puntos de partida. Un jefe de escuadrón del 13.°/18.° oyó un rumor en el cuartel general y lo anotó en su diario: «Monty está decidido a hacer cualquier cosa para que alcancemos a los yanquis, que lo están haciendo estupendamente. Lo único que los diferencia de nosotros es: a) que su ejército es el doble de grande, y b) que tenemos enfrente el doble de oposición». Aunque las proporciones están un poco exageradas, las tropas británicas y canadienses pensaban, hasta cierto punto con razón, que ellos eran los que habían estado librando una guerra de desgaste contra las divisiones acorazadas alemanas y que eran los americanos quienes ahora se llevaban toda la gloria en los periódicos.

La Operación Bluecoat se desarrolló al sur de Caumont, donde los británicos se habían hecho cargo de una parte del frente correspondiente a los americanos. Uno de los motivos de que se eligiera ese sector fue que en él no había divisiones acorazadas de la SS. El VIII Cuerpo de O’Connor debía ir encabezado por la 15.a División (Escocesa) y la 6.a Brigada de Tanques de la Guardia. Detrás de ellas estaban la 11.a División Acorazada y la División Acorazada de la Guardia, listas para lanzarse al ataque. A su izquierda, el XXX Cuerpo de Bucknall, junto con la 7.a División Acorazada, recibió la orden de tomar Aunay-sur-Odon y luego el macizo del Mont Pincon. La idea era apoderarse de las colinas de esa zona para controlar las carreteras situadas al sur del macizo, que los alemanes necesitaban para su retirada.

El domingo 30 de julio fue un día tan bochornoso que la infantería recibió permiso para atacar en mangas de camisa, pero al menos el cielo estaba despejado para poder disponer de cobertura aérea. La Operación Bluecoat fue precedida de sendos bombardeos, uno de la aviación y otro de la artillería pesada. La 15.a División (Escocesa) empezó con buen pie, atacando un frente bastante estrecho. Al verse detenido su avance por la 326.a División de Infantería alemana, los tanques de apoyo del 4.° Batallón Coldstream y el 3.° de la Guardia Escocesa entraron en acción. Sus comandantes dijeron a la infantería que siguieran sus huellas. Aquello iba contra la doctrina del ejército británico, pero antes de que diera comienzo la batalla, los comandantes de la 6.a Brigada de la Guardia y de la 15.a División Escocesa habían acordado actuar así si era necesario.