Poco después del amanecer, bajo la luz dorada de la mañana temprana, se llevó a cabo el matrimonio del Comandante supremo de la ciudad simultáneamente con el de su hermana y el Príncipe Erik, hijo de Erktor, la dinastía más antigua de Varil. Las dos esposas estaban vestidas de manera sencilla con trajes de arqueros, aunque todas las mujeres de la ciudad se habían precipitado a poner a disposición de las novias sus chales más suntuosos y sus más preciosas túnicas. De nuevo el Capitán Rankstrail, que ahora muchos ya llamaban Sire, pensó que el destino era extraño: ahora que por primera vez tenía dinero, ya nadie tenía necesidad de él; ni siquiera para un traje de novia. Los habitantes de todos los anillos de la ciudad y los miembros de todas las armadas se unieron a la fiesta. Los fabricantes de mazapanes y dulces de ajonjolí y miel llenaron a la multitud con todo lo que tenían. También ellos rechazaron la idea de cualquier tipo de compensación como una ofensa. Las últimas y escasas reservas de vino de la ciudad que sobrevivieron el asedio se agotaron.
Antes de que el ataque se iniciara, cada vez más frecuentes y cada vez más persistentes, llegaron los inverosímiles rumores de que las bandas de Orcos estaban desertando para rendirse. Se había regado la noticia de que por primera vez en la historia los prisioneros no serían abatidos, sino salvados y alimentados. Los Orcos, atrapados desde siempre entre las penas que castigaban la deserción y la muerte que acompañaba a la captura, se habían quedado en los campos de batalla aun cuando las esperanzas y la guerra estuvieran perdidas. Ahora, por primera vez, sabiendo que serían derrotados, se rendían, prefiriendo una prisión decente a la crueldad de sus propios comandantes.
El Comandante Rankstrail decidió posponer un día el ataque, que al cabo se redujo a un simple despliegue de fuerzas contra una armada en fuga. El ejército de Varil reconquistó la llanura hasta los Confines de las Tierra Notas sin perder un solo hombre y sin infligirle bajas al enemigo, aparte de la captura de los prisioneros.