Melodía: Oh la gloria de tener a Jesús
No es fácil vivir en este mundo,
y es que aquí la juventud
parece un don absurdo,
una senda que en la infinitud
pisotean las botas del destino,
perros y hombres hollan esa raza
con botas de hierro, tamaño desatino,
como si fuera una cualquier plaza.
Es mejor vivir en el cielo
de los ángeles felices del Señor
que discurren siempre en raudo vuelo,
y donde mora del sol el fulgor;
allá en el magnético polo
cantan canciones de precioso son,
el santo en el cielo nunca estará solo,
quienes van con él, siempre salvos son.
Adiós, te has ido al cielo, junto a Dios será tu vida, olvidarás tu estancia aquí en el suelo, las penas de esta tierra escarnecida, vivirás en el hogar del Salvador, nunca más tendrás dolores en el pecho, protegida por las manos del Señor, dormirás, por fin, en blando lecho.
Einar Jónsson, Undirhlíð