La fe es creer en aquello que sabemos que no es así.
A la mayoría de la gente le molestan esos pasajes de las Sagradas Escrituras que no entienden. Pero los pasajes de las Sagradas Escrituras que me molestan a mí son aquellos que entiendo.
La religión consiste en una serie de cosas en las que el hombre medio cree que cree, y que desea que sean ciertas.
¿Quién reza por Satán? ¿Quién, en dieciocho siglos, ha tenido la humanidad de rezar por el pecador que más lo necesita?
En religión y en política, en la mayoría de los casos, la gente tiene creencias y convicciones de segunda mano, que no ha analizado, tomadas de autoridades que tampoco analizaron esas cuestiones a fondo y que a su vez tomaron de otros que tampoco las analizaron, y cuyas opiniones no valían ni un centavo.
Es mejor mirar la previsión meteorológica antes de rezar para que llueva.
La nuestra es una religión terrible. Las flotas de todo el mundo pueden navegar cómodamente en la vastedad de la sangre inocente que ha sido derramada.
¿Blasfemia? No, no es blasfemia. Si Dios es tan grande, está por encima de la blasfemia. Si Dios es pequeño, está por debajo.
El hombre es de lo más curioso… Cree que es la mascota de Dios… Incluso cree que el Creador lo ama, que siente pasión por él, que se pasa las noches admirándolo, sí, y que procura por él y lo aleja de peligros. El hombre reza por Él y cree que Dios lo escucha. ¿No es una idea de lo más curiosa?
Si Jesucristo estuviera aquí ahora, hay una cosa que no sería: cristiano.
El hombre es un animal religioso… Es el único animal que tiene la religión verdadera, al menos bastantes de ellos. Es el único animal que ama al prójimo como a sí mismo, y le corta la garganta si su teología no es la correcta. Ha hecho un cementerio del mundo tratando de hacer el máximo bien para su hermano allanándole el camino para que obtenga la felicidad en el Cielo.
La Iglesia siempre intenta que los demás se reformen. No sería mala idea que se reformara ella un poco, para dar ejemplo.
Una de las pruebas de la inmortalidad del alma es la numerosísima gente que ha creído en ella. Esa gente también creía que la Tierra era plana.
Nada existe. Todo es un sueño. Dios, el hombre, el mundo, el sol, la luna, la vastedad de las estrellas son un sueño. Todo es un sueño. No existen. No existe nada excepto el vacío sideral y tú.
[La Biblia] contiene una elevada poesía… y algunas buenas ideas morales, y algunas execrables, y un cúmulo de obscenidad, y miles de mentiras.
Mucha de esa gente tiene la facultad de pensar, pero ninguna la utiliza en asuntos de religión.
Si el cólera o la peste negra llegaran a estas costas, quizá el grueso de la nación rezaría para verse libre de estas enfermedades, pero el resto confiaría en los servicios sanitarios de la ciudad de Nueva York.
A Dios le faltan convicciones, un criterio estable. Debería ser presbiteriano o católico o algo en concreto. No debería intentar serlo todo.
Las mejores mentes te dirán que cuando un hombre ha engendrado un hijo está moralmente obligado a cuidar amorosamente de él, a protegerlo del dolor, de las enfermedades, a vestirlo, a alimentarlo, a soportar su rebeldía, a no ponerle la mano encima salvo por amor y su propio bien y en ningún caso a maltratarlo gratuitamente. El trato de Dios a sus criaturas terrenales, cada día y cada noche, es todo lo opuesto, por más que las mejores mentes de estas criaturas justifiquen apasionadamente estos crímenes, los perdonen, los excusen y rechacen con indignación considerarlos crímenes, cuando Dios los comete.
Nada me sienta bien. Si tomo café, me produce dispepsia. Si tomo vino, me provoca gota. Si voy a la Iglesia, me pilla una disentería.
Un hombre es aceptado en la Iglesia por lo que cree y es expulsado por lo que sabe.
[Vete al] Cielo por su buen clima. Y al infierno con la sociedad.