Posdata

Como interno en el hospital terrestre de Ignarh, tuve a mi cargo el caso singular de Rodney Severn, el único miembro superviviente de la expedición Octave a Yoh-Vombis, y tomé nota de la narración anterior siguiendo su dictado. Severn había sido transportado al hospital por los guías marcianos de expedición. Sufría de unas condiciones de horrible desgarro e inflamación en frente y cuero cabelludo, así como de un delirio extremo durante parte del tiempo, y tenía que ser atado a la cama durante los recurrentes ataques de una locura frenética que resultaba doblemente inexplicable a la vista de su extrema debilidad.

Los desgarros, como se habrá desprendido de la narración, eran principalmente autoinfligidos. Estaban mezclados con numerosas heridas pequeñas redondas, fáciles de distinguir de los desgarramientos del cuchillo, y situadas en círculos regulares. A través de estas, un veneno desconocido había sido inyectado en el cuero cabelludo de Severn. La causa de estas heridas es difícil de explicar; a no ser que uno considere que la narración de Severn es cierta, y no se trata de una simple invención de su enfermedad.

Hablando en nombre propio, a la luz de lo que más tarde ocurrió, considero que no tengo otra salida que creerlo. Hay cosas extrañas en el planeta rojo; y tan sólo puedo secundar el deseo que fue expresado por el arqueólogo condenado en relación a futuras exploraciones.

La noche siguiente a que hubiese terminado de contarme su historia, mientras otro doctor que no era yo mismo estaba de guardia, Severn consiguió escaparse del hospital, sin duda durante uno de los extraños ataques que he mencionado; una cosa de lo más sorprendente, porque parecía más débil que nunca, después del largo esfuerzo de su terrible narración, y su fallecimiento se esperaba de hora en hora.

Aún más sorprendente, sus pisadas desnudas fueron encontradas en el desierto, dirigiéndose a Yoh-Vombis; hasta que desaparecieron en el curso de una leve tormenta de arena; pero ningún resto del propio Severn ha sido descubierto todavía.