Es el problema de matemáticas más complicado que pueda tocarte resolver. Es más difícil que la conjetura de los números primos gemelos o que los problemas de Landau. Es más misterioso que los círculos en los campos de trigo. Tiene más variables que una ecuación diferencial en derivadas parciales. En el fondo, lo que se te pide es una simple proporción: cocaína incautada/cocaína producida. Es una fracción. Cosa de primaria. Recopilemos los datos, podrías decir. De acuerdo. ¿De dónde partimos? ¿De los del World Drug Report de 2012? De acuerdo, lee la tabla. La diferencia de toneladas de coca incautadas entre 2010 y 2009 es igual a 38: 694 frente a 732. Una montaña de coca básicamente irrelevante en el océano mundial de la droga. Puedes deducir entonces que en los últimos años las incautaciones no han tenido una diferencia significativa. Retrocede más. Retrocede al período de 2001 a 2005. ¿Ves que las incautaciones se disparan hasta alcanzar su máximo en 2005? Un dato interesante, ¿verdad? Podría querer decir que a partir de 2005 ha ocurrido algo. Quizá los traficantes se han vuelto más listos, quizá han desarrollado nuevas metodologías para exportar coca justo delante de tus narices. Quizá. Pero es probable que no hayas tomado en consideración otra variable. En los últimos años la pureza de la droga ha disminuido. Siempre según el World Drug Report, en cuatro años (de 2006 a 2010) la coca incautada en Estados Unidos ha pasado de un porcentaje de pureza del ochenta y cinco al setenta y tres. La gente esnifa toneladas de porquería. Pero ésta es una consideración que no afecta a tus cálculos. La coca producida es pura al cien por cien, la que acaba en las calles debajo de tu casa lo es mucho menos. Y, entonces, ¿cómo haces para comparar estos dos datos? ¿Cómo haces para poner en el numerador un dato que se refiere a una cosa y en el denominador un dato que se refiere a otra? ¿No te parece oír aquella vieja frase que tu maestra no dejaba de repetirte? «¡No se pueden sumar peras con manzanas!», o bien: «¡No se puede comparar coca purísima con coca cortada!». Y, luego, ¿a cuánto asciende la cifra de cocaína producida? Sigue leyendo el informe. El rango varía de 788 a 1 060 toneladas. Un poco amplio, ¿no crees? Considerando además que la diferencia corresponde a la producción total de un país, ¿no te parece estar caminando sobre arenas movedizas? A menos que no quieras encontrar un mínimo denominador de pureza, tienes un buen problema. También podría decirte que en absoluto hay que dar por sentado que después de una incautación se declare el porcentaje de pureza y podría infundirte la duda de que algunos de estos datos podrían estar duplicados, a lo mejor fruto de incautaciones realizadas por varias policías involucradas en una única campaña y contabilizadas como únicas. Si te ves capaz de ignorar estas últimas variables y te animas a realizar el cálculo, resulta que poniendo en el numerador 694 toneladas de cocaína incautada (sobre cuya pureza no se sabe nada) y en el denominador un valor que oscila entre las 788 y las 1 060 toneladas (cuya pureza no se discute) tendrás un porcentaje de entre el sesenta y cinco y el ochenta y ocho. ¿Un poco excesiva la diferencia de veintitrés puntos para que sea un resultado fidedigno? Estoy de acuerdo. No es que antes de ti no haya probado nadie a hacer ese cálculo. El propio World Drug Report (esta vez, sin embargo, de 2011) ha hecho una tentativa. ¿El resultado?: cuarenta y seis-sesenta por ciento; ¡«sólo» catorce puntos de incertidumbre! Pero resulta que dos años antes el porcentaje finalmente tiene una base sobre la que sostenerse, y he aquí una cifra: 41,5 por ciento. ¿Cómo lo han calculado?, te preguntas. Inventando un índice de la pureza media de la cocaína en la calle, igual al cincuenta y ocho por ciento. ¿Hay que fiarse? Quizá sí. O quizá no, como sostienen muchos, entre ellos la ONG Libera, que coge un año (2004) y se pone a hacer unos cuantos cálculos, no muy distintos de los que estás haciendo tú en este momento. La coca producida en el mundo en ese año resulta ser de 937 toneladas, a las que hay que restar las toneladas incautadas (490) y consumidas (450) en el continente americano. Al resultado hay que restarle también 99 toneladas, equivalentes a las incautaciones en el resto del mundo. ¿El resultado? Un número negativo: −102 toneladas. Pero no termina ahí, porque la coca también la esnifan, y mucho, los europeos, en una cantidad de alrededor de 300 toneladas. En suma, refrescando un poco la aritmética resulta que, según los datos, en 2004 faltan algo más de 400 toneladas. Desaparecidas sin dejar rastro. Uno de los numerosos misterios de la humanidad junto al del monstruo del Lago Ness. Un inmenso agujero negro que según las tablas tomadas en consideración puede llegar a las 700 toneladas, si hay que fiarse de los datos de la DEA, por ejemplo.
Ahí está, ya sabes lo que hay que saber. Ahora te toca a ti armarte de santa paciencia y de una calculadora. Estoy seguro de que conseguirás resolverlo.
¿Qué pasa?
¿Te da vueltas la cabeza?
A mí también.