[1] Testimonios orales de la campaña de Cataluña en C. Vidal, Recuerdo 1936… Una historia oral de la guerra civil española, Madrid, 1996, pp. 265 y ss. Sobre la misma, véase: R. de la Cierva, HA, pp. 1071 y ss.; R. Salas, HEP, pp. 2163 y ss.; M. Aznar, pp. 803 y ss.; G. Cabanellas, Guerra, pp. 1044 y ss.; J. del Castillo y S. Alvárez, Barcelona, objetivo cubierto, Barcelona, 1958; J. M. Fontana, Los catalanes en la guerra de España, Madrid, 1951; V. Guarner, Cataluña en la guerra de España 1936-1939, Madrid, 1975; E. Lister, Memorias, pp. 387 y ss.; L. M. De Lojendio, pp. 535 y ss.; A. London, pp. 395 y ss.; J. M. Martínez Bande, La campaña de Cataluña; J. M. Poblet, Els darrers temps de la Generalitat i la República, Barcelona, 1978; J. Modesto, pp. 496 y ss.; C. Rojas, La guerra en Cataluña, Barcelona, 1979; Tagüeña, pp. 277; C. Torre Enciso y D. Muro Zegri, La marcha sobre Barcelona, Barcelona, 1939; E. Torres, La caiguda de Barcelona, 1939, Barcelona, 1978. <<
[2] Divisiones 61, 63 y 150. <<
[3] Divisiones 1, 82 y 84. <<
[4] Divisiones 51, 53 y 54. <<
[5] División Littorio y Divisiones de Flechas negras, azules y verdes. <<
[6] Divisiones 13, 50 y 105. <<
[7] La disposición de las fuerzas republicanas en Cataluña era:
Ejército del Este (coronel Perea): Cuerpos de Ejército X, XI y XVIII, desplegados, de norte a sur, desde los Pirineos hasta la línea Lérida-TárregaManresa. Ejército del Ebro (coronel Modesto): Cuerpos XII y XXIV desplegados a lo largo del Bajo Segre y del Bajo Ebro. Reservas: Cuerpos de Ejército V y XV. <<
[8] Éste es otro de los tópicos erróneos repetido por C. Blanco Escolá, Incompetencia… Una refutación especialmente sólida en la obra de respuesta de J. Semprún, Oc. <<
[9] En esa fecha, las líneas de Franco se encontraban estabilizadas desde Artesa de Segre hasta Mora la Nueva pasando por Bellpuig, Espluga Calva, Vimbodí y Prades. <<
[10] V. Rojo, Alerta, pp. 172-173. <<
[11] A. D. Martín Rubio, Mitos…, p. 82. <<
[12] Ídem, ibídem, p. 86. <<
[13] No es menos cierto que buen número de republicanos a los que los comunistas habían detenido por no serlo quedaron en prisión. Así quedaron totalmente inermes a merced del enemigo. <<
[14] Archivo de la Guerra de Liberación, Cuartel General del Generalísimo, Armario 5, Legajo 276, carpeta 21, folios 32 a 43. <<
[15] En este último enclave se había producido además ya una rebelión civil contra la República y cuando las fuerzas de López Bravo llegaron, el mismo se hallaba bajo control. Véase al respecto, Cervera, Memorias de guerra, pp. 363 y ss. <<
[16] Sobre el tema, véase: J. M. Martínez Bande, Los cien últimos días de la República, Barcelona, 1973; S. Casado, Así cayó Madrid, Madrid, 1968; R. de la Cierva, HA, pp. 1103; R. Salas, HEP, pp. 2255 y ss. <<
[17] El Estado mayor central de la República ignoró que la resistencia siguió hasta el día 14. Oficialmente, pensó —y así se anunció en la prensa— que la misma había concluido el día 11. <<
[18] Véase supra, p. 106. <<
[19] Sin duda, las condiciones a que se vieron sometidos los españoles recluidos en los campos franceses constituyen uno de los episodios más vergonzosos de una contienda que no estuvo exenta de ellos. Encerrados entre unas alambradas colocadas sobre la arena de las playas, desprovistos de todo cuidado y atención, privados de un mínimo alojamiento y condiciones sanitarias, los soldados republicanos se convirtieron en el blanco perfecto de la inclemencia climática y de los parásitos, del hambre y de la disentería, de la enfermedad y de la muerte. Testimonios orales de este episodio pueden leerse en C. Vidal, Recuerdo 1936… Una historia oral de la guerra civil española, Madrid, 1996, pp. 308-310, 312, 328. En relación con el tema véase también: M. Andújar, Saint-Cyprien, plage…, México, 1942; J. Espinar, Argelés-sur-Mer, Caracas, 1940; M. García Gerpe, Alambradas, Buenos Aires, 1941; N. Molins I. Fábrega, Campos de concentración 1939-194…, México, 1944; F. Montseny, El éxodo: pasión y muerte de españoles en el exilio, Toulouse, 1969; M.-C. Rafaneau-Boj, Los campos de concentración de los refugiados españoles en Francia (1939-1945), Barcelona, 1995; J. A. Rial, La prisión de Fyffes, Caracas, 1969; J. F. Rolland, La chute de Barcelone, París, 1952; F. Solano Palacio, El éxodo, Valparaíso, 1939; A. Samblancat Salanova, Caravana nazarena, México, s.f.; L. Suárez, España comienza en los Pirineos, México, 1944; M. Valldeperes Jaquetot, Ombres entre tenèbres, Buenos Aires, 1941; A. Vilanova, Los olvidados, París, 1969. <<
[20] El gobierno francés había cerrado la frontera con España el 28 de enero de 1939 y expulsado, contra toda ley internacional, a los soldados republicanos que habían intentado asilarse en un país neutral. <<
[21] En ese mismo sentido, R. de la Cierva, Historia actualizada…, pp. 874 y ss. <<
[22] Un desglose de la cifra por provincias en A. D. Martín Rubio, Mitos…, p. 87. El número de fusilamientos, como puede verse, dista enormemente de la cifra de 200 000 fusilados aventurada disparatadamente por G. Jackson, La República española…, p. 455 y seguida, entre otros autores, por R. Tamames, La República…, p. 353. <<
[23] Vid supra, pp. 379 y ss. <<
[24] Fue así como Miaja y Rojo fueron ascendidos a teniente general y Casado a general. <<
[25] De acuerdo a las mismas, Cordón, ahora general, sería el jefe supremo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; Modesto, jefe del Ejército del Centro; Líster, jefe del Ejército de Levante; El Campesino, jefe del Ejército de Extremadura; Tagüeña, jefe del Ejército de Andalucía; Vega, comandante militar de Murcia; Galán, jefe de la Base naval de Cartagena. Todos ellos eran comunistas. <<
[26] El episodio ha sido tratado de manera, a nuestro juicio, definitiva por L. Molina, R. Permuy y A. Mortera en REM, n. 9 y 10. <<
[27] La flota se dirigió a Bizerta, Túnez, por indicación del gobierno francés. Tal acción, sensata desde un punto de vista militar, desobedecía tanto las órdenes de Negrín como los deseos de la Junta de Casado que se había sublevado en Madrid y que pensaba utilizar la flota como medio de pactar la paz con Franco. <<
[28] Testimonios orales del alzamiento de Casado en C. Vidal, Recuerdo 1936… Una historia oral de la guerra civil española, Madrid, 1996, pp. 273 y ss. Sobre este episodio puede consultarse B. Alonso, Los últimos momentos de la Guerra Civil Española, México, 1943; A. Bouthelier y J. López Mora, Ocho días. La revuelta comunista: 5-13 marzo 1939, Madrid, 1940; W. Carrillo, A propósito del Consejo Nacional de Defensa, México, 1943, e ídem, El último episodio de la guerra civil española, Toulouse, 1945; S. Casado, Así cayó Madrid, Madrid, 1968; J. García Pradas, La traición de Stalin. Cómo terminó la Guerra de España, Nueva York, 1939. <<
[29] Reproducido en P. de Blas Zabaleta y Eva de Blas Martín-Merás, Julidn Besteiro, Madrid, 2002, p. 398. <<
[30] Esa misma tesis sostendría Julián Gorkín, uno de los procesados del POUM, en un libro especialmente lúcido titulado España, primer ensayo de democracia popular, Buenos Aires, 1961. <<
[31] E. Castro Delgado, Hombres made in Moscú. <<
[32] J. Hernández, Yo fui ministro de Stalin, Madrid, 1974. <<
[33] Pavel y Anatoli Sudoplatov, Special Tasks, Boston, 1994, pp. 30-31. <<
[34] La composición del Consejo fue la siguiente: Presidencia, general Miaja; Defensa, coronel Casado; Estado, Besteiro; Hacienda, González Marín (en representación de la CNT); Gobernación, Wenceslao Carrillo (en representación del PSOE); Justicia, San Andrés (en representación de Izquierda Republicana); Instrucción pública, Del Río (en representación de Unión Republicana); Comunicaciones, Val (en representación de la CNT) y Trabajo, Pérez (en representación de la UGT). <<
[35] Mera se encontraba al mando del IV Cuerpo de Ejército, compuesto por las Divisiones 12, 17 y 33, que tenía su puesto de mando en Yebes. <<
[36] Estaba compuesto por las Divisiones 1, 2 y 69 y tenía su puesto de mando en La Pedriza de Manzanares. <<
[37] Estaba compuesto por las Divisiones 4, 7 y 8 y tenía su puesto de mando en San Martín. <<
[38] Ése fue el caso de los tenientes coroneles Pérez Gazolo, Fernández Urbano y Otero. <<
[39] La razón de este cambio de actitud es objeto todavía hoy de especulación. Muy posiblemente, fueron órdenes de Moscú —que ya estaba tratando con Hitler la conclusión de un pacto— las que llevaron a los comunistas españoles a abandonar la lucha contra Casado. En un sentido muy similar, aunque no podía prever el pacto Hitler-Stalin, se expresó El Socialista de 12 de marzo de 1939. <<
[40] Casado, Así cayó Madrid, p. 212. <<
[41] El Socialista de 28 de marzo de 1939 publicó las bases. <<
[42] Cuerpos de Ejército de Galicia, Castilla, Aragón y Urgel y Agrupaciones de Albarracín y de Guadalajara. <<
[43] Cuerpos de Ejército de Madrid, CTV, de Navarra, del Maestrazgo y de Toledo y las Agrupaciones de Divisiones de Somosierra-Guadalajara y del Tajo-Guadiana. <<
[44] Cuerpos de Ejército de Extremadura, Marroquí, Andalucía, Córdoba y Granada. <<
[45] El ataque del Ejército del Sur debía realizarse en el sector situado entre Cabeza de Buey y Peñarroya, con la finalidad de liquidar el saliente republicano de Hinojosa del Duque y avanzar posteriormente hacia Almadén y Almodóvar del Campo. El ejército de Levante, por su parte, debería atacar en el sector de Abánades-Masegoso en Guadalajara, avanzando después hacia Cifuentes, Trillo y Sacedón con la finalidad de coadyuvar a la acción principal del Ejército del Centro. <<