Líster, la vida, la cantera, el frío:
tú, la vida, tus fuerzas como llamas,
Teruel como un cadáver sobre un río.
(…)
Impulsos con el aire de tu capa
das a tu potro, puesto a cada instante
a recobrar las pérdidas del mapa.
Yo me encontré con este comandante,
bajo la luz de los dinamiteros,
en el camino de Teruel, delante.
Han cogido a la muerte los canteros
la primera ciudad, y en esta historia
se han derramado varios compañeros.
En su sangre se envuelve la victoria.
M. HERNÁNDEZ, «Teruel»
¡Que te besen los Angelus de las lentas campanas de siempre!
¡Que Dios tenga en su mano los años cansinos
de la vieja que espera tu vuelta, cual tiene la vara
del rosal que se encorva la horquilla que puso el Amor!
JOSÉ MARÍA PEMAN,
«Hexámetros en loor de los soldados de Navarra»