Núremberg

Para comprender el concepto totalitario del poder que tenía Hitler, así como su visión del Reich de los Mil Años que pretendía implantar, no hay nada más ilustrativo que una visita al Reichsparteitagsgelände, o ‘Terreno de las convenciones del partido’, a las afueras de Núremberg. En esta área de unos dieciséis kilómetros cuadrados se extiende una serie de construcciones que sirvieron de escenario para los congresos anuales del partido, que reunían a cientos de miles de personas.

El Kongresshalle o Palacio de Congresos, es una de las más grandes construcciones nazis que se conservan. Inspirado en el Coliseo romano, debía ser una amplia sala con capacidad para cincuenta mil asistentes. Hoy se conserva intacta la fachada exterior de granito, mientras que las gradas interiores no llegaron a construirse. En 1998 se instaló en el ala norte un Centro de documentación.

El eje principal del terreno era la Grosse Strasse, o Gran Avenida, que tenía una longitud de dos kilómetros y una anchura de sesenta metros, sólo diez menos que los Campos Elíseos de París, y que debía servir como pista de desfiles militares. La obra no se terminó. En la actualidad, la avenida se utiliza como aparcamiento de vehículos. Los restos de las pequeñas gradas dispuestas a los lados de la avenida para que los espectadores pudieran ver mejor los desfiles son todavía claramente visibles.

El edificio más grande del complejo iba a ser el colosal Deutsche Stadion o Estadio Alemán, diseñado por Albert Speer. Con forma de herradura y con capacidad para cuatrocientos mil espectadores, de haberse llegado a construir su volumen hubiera sido el triple de la pirámide de Keops. Estaba previsto que los espectadores de las gradas más altas contemplasen el espectáculo correspondiente dotados de prismáticos. Hitler gustaba de acudir a comprobar el desarrollo de las obras. Sólo llegarían a excavarse los cimientos, que quedaron inundados tras la guerra, formando un lago.

El escenario de los actos más importantes de las convenciones del partido sería el Zeppelinwiese, o Campo de Zeppelin. En julio de 1936 se completó la construcción de la espectacular tribuna principal, de veinticinco metros de altura y cuatrocientos de longitud. El arquitecto Albert Speer la diseñó tomando como modelo el Altar de Zeus de Pérgamo. Las gradas circundantes podían acoger a cien mil espectadores. En la actualidad, la tribuna no conserva su aspecto original; las hileras de columnas a los lados de la tribuna, así como los extremos de sus pebeteros, fueron derruidos a finales de los sesenta. El llamado Púlpito del führer conserva el mismo aspecto que tenía entonces, pero las baldosas que cubren el punto desde el que hablaba son regularmente arrancadas por los cazadores de souvenirs.

Buena parte de las fotografías y filmaciones que muestran a Hitler ante sus seguidores fueron tomadas en otro recinto, el Luitpoldarena. Este parque, construido durante la República de Weimar, fue escogido por Hitler como lugar de reunión para las SA y las SS durante los congresos del partido. Las espectaculares imágenes del documental Triumph des Willens (El triunfo de la voluntad), fueron rodadas aquí por la cineasta Leni Riefensthal.