Estimados lectores:
Ethan Gage vuelve a estar en apuros, ¡y toda la culpa es vuestra! Gracias a vuestro estupendo apoyo a Las pirámides de Napoleón e interés por la pintoresca época allí descrita, mi jugador, electricista, protegido de Franklin, tirador de primera y aspirante a donjuán americano (la suerte de Ethan con las mujeres es decididamente desigual) regresa en La clave Rosetta. En esta ocasión está metido en la invasión de Tierra Santa por Bonaparte en 1799 y la ascensión al poder del general en Francia. Muchos de vosotros os habéis preguntado qué fue de la amante de Ethan, Astiza, y del villano conde Alessandro Silano cuando cayeron al final del último libro. Escribí La clave Rosetta para averiguarlo.
Como Las pirámides de Napoleón, esta nueva novela está basada en un episodio real de la sorprendente carrera de Bonaparte, y combina los inicios de la ciencia de la electricidad y las enseñanzas de Franklin con el misterio de base real sobre el Libro de Tot, los caballeros templarios, el misticismo judío y la Piedra de Rosetta. Las batallas sucedieron de verdad, y muchos de los personajes del libro —el aventurero inglés Sidney Smith, el monárquico francés y rival napoleónico Phelipeaux, Djezzar el Carnicero, el matemático Gaspard Monge y el judío desfigurado Haim Farhi— existieron realmente. Vadeé los túneles subterráneos de Jerusalén, paseé por las murallas de Acre y trepé por los senderos de la ciudad perdida de Petra para documentar este relato. También es verídico el golpe de Estado que elevó a Napoleón al poder en Francia. Cómo convirtió Napoleón su rechazo en Tierra Santa en su triunfo en París es el misterio histórico que constituye el meollo de esta historia. ¿Cuál fue su secreto?
He sabido de muchos que disfrutaron del ritmo trepidante, el humor irónico y la minuciosa documentación de la primera caza del tesoro de Ethan, y creo que encontraréis más de lo mismo en La clave Rosetta. Y aunque fuera este vuestro primer contacto con Ethan Gage y sus aventuras, os sentiréis de inmediato convertidos a su punto de vista en las páginas iniciales de este nuevo episodio. La clave Rosetta devuelve la historia al punto de partida y me deja, como diría Ethan, «casi sin aliento después de tanto ajetreo». Pero siempre hay más misterio…
Feliz lectura,
WILLIAM DIETRICH