La entrada del inmueble conducía a otro inmueble más pequeño situado dentro del primero. Nada más entrar, oí tiros, chirriar de frenos, gritos de mujer y una voz de hombre que suplicaba: «¡No me maten! ¡No me maten!». Sonaba tan cerca que hasta di un brinco. Se oyó una ráfaga de metralleta y el hombre gritó: «¡No!», como siempre que se muere uno sin ganas. Luego se hizo un silencio más espantoso todavía y ahora es cuando no me van a creer. Todo volvió a empezar como antes, con el mismo tipo que no quería que lo mataran porque sus razones tendría y la metralleta que no le escuchaba. Volvió a morirse tres veces, aunque no quisiera, como si fuera un canalla de tomo y lomo al que hubiera que matar tres veces para dar ejemplo. Hubo otro silencio durante el cual se quedó muerto y después volvieron a tomarla con él una vez y otra hasta que empezó a darme lástima, porque al fin y al cabo… Después lo dejaron en paz y una voz de mujer dijo: «Amor mío, pobre amor mío», pero con tanto sentimiento que me quedé patidifuso, aunque no sé muy bien qué quiere decir eso. En la entrada no había nadie más que yo y una puerta con la luz roja. Apenas me había repuesto cuando volvieron con el «Amor mío, amor mío», pero con otro tono y luego otra vez, y dale. El tío debió de morirse sus buenas cinco o seis veces en los brazos de su amiguita. Seguramente querría asegurarse de que alguien sentía su muerte. Me acordé de la señora Rosa, que no tenía a nadie que le dijera: «Amor mío, pobre amor mío», porque ya casi no le quedaba pelo y pesaba sus buenos noventa y cinco kilos a cuál más pocho. Entonces la mujer lanzó un grito de desesperación tan desgarrado que yo me precipité hacia la puerta y entré como un solo hombre. Mierda, era una especie de cine, pero en el que todos andaban hacia atrás. Cuando entré, la mujer de la pantalla cayó sobre el cadáver para agonizar allí encima, pero en seguida se levantó al revés, andando hacia atrás como si fuera una mujer a la ida y una muñeca a la vuelta. Después todo se extinguió y se encendieron las luces.