Cuando Estados Unidos entró de lleno en la Segunda Guerra Mundial, los californianos tuvieron el convencimiento de que se encontraban en primera línea de fuego. Desconocedores del potencial real del enemigo nipón, creían que era posible un desembarco japonés en la costa oeste o, al menos, una intensa campaña de bombardeos.
Jack Warner (1892-1978), el propietario y cofundador de la productora Warner Bros., temía que sus estudios de Hollywood fueran confundidos con la cercana factoría de la Lockheed en Burbank, de gran valor estratégico, al ser una fábrica de aviones militares.
Así pues, acudió a la sección de decorados y ordenó a sus trabajadores que pintaran en el enorme techo de sus estudios una gran flecha señalando la dirección de Burbank y la frase "Loockheed, that way" (por allí), dirigida a los japoneses.
De todos modos, el hecho de que existan varias versiones sobre este hecho —algunos aseguran que la frase se pintó en caracteres nipones por si los aviadores no sabían inglés— y la ausencia de fotografías hace pensar que quizás se tratase todo de una broma que acabó haciendo fortuna.
En cambio, tiene más verosimilud la iniciativa de la tripulación de un destructor de la USS Navy en el Pacífico en plena ofensiva de los kamikaze, en los últimos meses de la guerra. Conocedores de las preferencias de estos pilotos suicidas por los portaaviones, y para evitar ser ellos el objetivo de los nipones, los marineros decidieron pintar una gran flecha en la cubierta del barco con la siguiente inscripción: "Carriers, this way" (Portaaviones, por allí). Esta táctica no dio resultado, puesto que los kamikaze se lanzaron también contra el destructor.