Habló más de la cuenta

Es bien sabido que la ingestión de alcohol estimula la elocuencia. Pero en ocasiones, especialmente si uno es depositario de importantes secretos militares, esta no es aconsejable.

Esto es lo que le ocurrió a un general norteamericano, del que no trascendió el nombre, que pagó muy caro el irse de la lengua en un cóctel celebrado en Londres en abril de 1944. En esta recepción se dieron cita varios oficiales estadounidenses y británicos, además de personal diplomático y representantes de la prensa.

Allí, este general no pudo resistirse a los efluvios del acohol y, cuando ya habia tomado varios vasos de whisky, habló sin reparos de la invasión del continente que estaba planificándose en esos momentos. Aunque hubo algún intento disimulado para retirarlo discretamente de la sala, el general insistió en permanecer en ella y tuvo tiempo de asegurar en voz alta que el Día-D se produciría unos días antes del 15 de junio de ese mismo año.

El escándalo de la incontinencia verbal del militar llegó a oidos de Eisenhower. Este no dudó en degradarlo a coronel y en disponer su inmediato regreso a Estados Unidos. Al parecer, Ike no le impuso un castigo más severo debido a que había sido compañero suyo en la academia militar. De todos modos, tras este penoso incidente, el degradado general optó por retirarse del Ejército.