Lucky Strike va a la guerra

Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial son más visibles de lo que uno puede sospechar. Por ejemplo, el actual color blanco de los paquetes de cigarrillos Lucky Strike[37] tiene su origen en las restricciones impuestas en Estados Unidos durante la contienda de 1939-45.

Antes de la guerra, estos paquetes eran verdes, un color que se había convertido en el emblema de la marca. Curiosamente, este hecho había provocado en los años treinta la deserción de las fumadoras norteamericanas, puesto que estas consideraban que el verde no combinaba con los colores que entonces estaban de moda. Esta apreciación llevó a la empresa tabacalera a organizar una campaña en la que importantes modistas de todo el mundo presentaron colecciones de ropa basadas en el color verde. Este esfuerzo por recuperar la clientela femenina dio resultado.


Antes de la Segunda Guerra Mundial, las cajetillas de Lucky Strike eran de color verde, tal y como aparece en este cartel. Durante el conflicto pasaron a ser blancas, debido a que se restringió la utilización del cromo, el componente principal de la tinta verde. La marca aprovechó este cambio para realizar una efectista campaña de promoción.

A comienzos de los cuarenta, Lucky Strike rediseñó su paquete, convirtiéndose en la primera marca que colocaba su símbolo en ambos lados. Esto representó todo un cambio, ya que no había que girar el paquete para ver la marca, tal como ocurría con el resto.

Pero con la Segunda Guerra Mundial llegó el cambio más radical en la imagen de Lucky Strike. La escasez de metales causada por la guerra, y su empleo casi exclusivo en la industria de guerra, provocó un grave problema; ya no era posible para la empresa privada adquirir cromo, un ingrediente clave para la fabricación de la tinta verde. Los paquetes de Lucky Strike no podrían mostrar su color característico.

La identidad de la marca se hallaba en peligro, pero los dirigentes de la empresa, la American Tobacco Company, supieron encontrar una oportunidad en este inesperado contratiempo. Así pues, se prescindió de la tinta verde y se optó por el color blanco, pero este cambio se realizó junto a una campaña en la que se afirmaba: "Lucky Strike green has gone to war" (el Lucky Strike verde ha ido a la guerra). Como nota curiosa, el afortunado eslogan fue ideado precisamente por el presidente de la compañía, George W. Hill.

Esta proclama obtuvo una gran aceptación entre los norteamericanos, pero especialmente entre las tropas que se encontraban en el frente. La simbólica muestra de solidaridad de Lucky Strike hizo que se ganase para siempre el aprecio de los soldados. Estos se encargarían de extender la fama de la marca en todo el mundo, uniéndola a los otros elementos emblemáticos de la cultura de masas norteamericana, como el jazz y el swing o, tal como hemos comprobado antes, la Coca-Cola y la goma de mascar.

Las cajetillas de Lucky Strike serían objeto de innumerables especulaciones; muchos creían que, tal como se infería del nombre de la marca, eran una fuente de buena suerte, muy necesaria en esas circunstancias. Para que el efecto fuera mayor, se debía dar la vuelta a uno de los cigarrillos cuando se abría el paquete, volviéndolo a colocar dentro, aunque esta práctica admitía muchas variantes.

Pero la creencia más infundada era la de que uno de cada cien cigarrillos de esta marca contenía marihuana; aunque muchos soldados estaban convencidos de ello, nadie logró encontrar ninguno.