"Restaurantes británicos"

Para optimizar las reservas de alimentos de que disponía Gran Bretaña, era esencial que la población siguiese unas determinadas pautas, por lo que se promovió la comida en lugares públicos. Así pues, se crearon unas dos mil cafeterías gubernamentales en las que se podía comer o cenar por menos de un chelín.

El nombre elegido para estos establecimientos públicos fue inicialmente el de "Centros Comunales de Alimentación". Pero Churchill, gran conocedor de la psicología de sus compatriotas, ordenó que fuera sustituido por el de "Restaurantes Británicos"; en su opinión, el primer nombre "hacia pensar en el comunismo y en los asilos para pobres" y, en cambio, la palabra "restaurante" evocaba las buenas comidas de antes de la guerra. Así pues, por decisión de Churchill, aquellos comedores populares pasaron a convertirse de la noche a la mañana en restaurantes.

De todos modos, pese a la atractiva denominación de estos establecimientos, la población prefería acudir a las casas de comida privadas. Pese a que el menú solía ser muy parecido al de los "Restaurantes Británicos" y que el precio podía llegar a ser de cinco chelines, siempre era preferible la privacidad que proporcionaban los auténticos restaurantes.