Tras la evacuación de Dunquerque, en mayo de 1940, los británicos tan solo poseían un centenar de tanques, todos ellos obsoletos. La consiguiente orden de construir nuevos carros de combate dio como resultado un moderno tanque, aunque inicialmente plagado de defectos, al que se le bautizó oficialmente como Mk IV Churchill. Sería utilizado en el frustrado raid sobre Dieppe en agosto de 1942 por las tropas canadienses, obteniendo pésimos resultados. Posteriormente, el Churchill sería mejorado y en la campaña del norte de África llegaría a ofrecer un rendimiento aceptable.
Muchos británicos tenían como cierto el hecho de que Winston Churchill cobraba derechos de imagen cada vez que uno de estos tanques salía de la cadena de montaje, al haber sido denominados con su apellido. Concretamente, la cantidad que seaseguraba que percibía Churchill por cada tanque era de cincuenta libras. Naturalmente, este rumor no era cierto en absoluto.
Un carro blindado Churchill que se muestra en la actualidad en el exterior del Worthington Tank Museum de Ontario (Canadá). Pese a que muchos británicos estaban convencidos de que su primer ministro recibía royalties por la utilización de su nombre, no era más que un rumor infundado.
El propio premier británico se tomaba este bulo con sentido del humor. En una ocasión comentó, refiriéndose a los primeros diseños del carro, que "este tanque tiene incluso más defectos que yo".
En cambio, quien sí cobraba royalties era Hitler, en este caso por aparecer su imagen en los sellos de correos. La idea fue de su fotógrafo personal y amigo, Heinrich Hoffmann, quien estableció junto al ministro de Correos, Wilhelm Ohnesorge, el sistema por el que el Führer percibiría esos derechos de imagen, que le reportarían unos buenos dividendos.
El presidente Roosevelt no disponía en 1941 de un coche blindado, por lo que tuvo que recurrir al vehículo blindado que había sido propiedad del gangster Al Capone. En la imagen, la fotografía de su ficha policial.