¿Dónde están nuestros aviones?

Como se ha apuntado en la introducción al presente capítulo, una de las claves del éxito del Desembarco de Normandía fue el dominio aplastante de los aviones aliados en los cielos franceses, que impidió una movilización rápida de las temibles divisiones acorazadas germanas.

La Luftwaffe, ocupada casi por completo en la protección de las ciudades alemanas, bombardeadas a diario, no pudo contestar a la insultante hegemonía aliada; las tropas alemanas en Normandía se veían obligadas así a permanecer ocultas durante el día. Solo podían avanzar amparadas en la oscuridad nocturna.

Aunque la situación no invitaba a encararla con buen humor, hizo fortuna entre los soldados teutones la siguiente ocurrencia sobre la identificación de los aviones que pasaban sobre sus cabezas:

"Si el aparato es plateado, es norteamericano. Si es de color azul, es británico. Si es invisible… ¡es nuestro!".