Gangsters aéreos

A lo largo de toda la contienda, la propaganda nazi gustaba de presentar a los norteamericanos como gangsters, reduciéndolos al papel de simples criminales de baja estofa, aunque este despectivo epíteto también fue aplicado a Winston Churchill.

El ministerio de Joseph Goebbels, avezado en el arte de manipular la realidad a su antojo, quería transmitir la idea de que los ataques de la aviación estadounidense a las ciudades germanas respondían solamente a un ansia de aniquilar a los alemanes, llevados por un impulso asesino. En este caso, hubo un bombardero estadounidense que confirmó la teoría de la propaganda nazi.

Un B-17 resultó muy dañado durante una operación rutinaria de bombardeo y se vio obligado a llevar a cabo un aterrizaje de emergencia sobre territorio alemán. Inmediatamente se capturó a la tripulación.

Lo que no sabían los perplejos aviadores norteamericanos era que iban a proporcionar involuntariamente munición a los propagandistas enemigos. En sus chaquetas de vuelo habían escrito con grandes letras el nombre del avión, que también figuraba en el fuselaje: Murder Inc. (Asesinato S. A.).

Este suceso anecdótico dio lugar a que los periódicos germanos propalasen la especie de que la Fuerza Aérea norteamericana había contratado los servicios de los gangsters de Chicago para ejecutar esa campaña de terror sobre las ciudades alemanas, siendo el nombre del avión la prueba palpable.

Pese a que este intento de la propaganda de presentar a los aviadores aliados como gangsters puede resultar cómico, la realidad es que la campaña incitó el odio contra los pilotos que caían sobre territorio alemán, alentándose las reacciones violentas contra ellos. Si no eran rápidamente puestos a disposición de alguna patrulla militar, estos aviadores corrían un serio peligro de ser apaleados por una multitud enfurecida, o colgados de algún poste de telégrafos.

Aunque es humanamente comprensible que los civiles germanos la emprendiesen contra los aviadores, haciéndoles culpables de la pérdida de su casa o su familia en los bombardeos, no es casualidad que estas agresiones se produjesen al grito de "Chicago gangster!".