En una operación muy poco conocida, los japoneses intentaron un segundo ataque a Pearl Harbor el 5 de marzo de 1942, aunque en este caso los objetivos eran mucho más modestos.
Dos hidroaviones Kawanishi H8k2, procedentes de sendos submarinos, se dirigieron hacia Pearl Harbor para lanzar allí su pequeño cargamento de bombas. Sin embargo, la mala visibilidad provocó que los aviadores no consiguiesen identificar el objetivo y acabaron arrojando las bombas lejos de la base, sin provocar ningún tipo de daño.