Durante el ataque nipón a Pearl Harbor, un avión hawaiano de pasajeros DC-3 se disponía a aterrizar cuando recibió una bala trazadora disparada por un avión japonés, lo que provocó un pequeño incendio que amenazaba en ese momento con extenderse por todo el aparato.
Increíblemente, una nueva bala japonesa impactó precisamente en la válvula del extintor, por lo que el incendio quedó inmediatamente apagado.