Breve resistencia

Afortunadamente para los suecos, Hitler no se decidió a atacar este país escandinavo, pues, con los datos en la mano, la resistencia no hubiera podido ser demasiado sólida.

Una vez que la máquina de guerra nazi se lanzó sobre la vecina Noruega, el 9 de abril de 1940, se temía que de un momento a otro esta se girase contra la entonces neutral Suecia.

Por ello, el gobierno de Estocolmo, temiendo que la población civil pudiera sufrir los bombardeos de la aviación germana, tal como había sucedido en Polonia, pidió urgentemente un informe sobre la capacidad de resistir a un hipotético ataque aéreo de la temible Luftwaffe.

Las autoridades militares suecas contabilizaron la munición de la que disponían las baterías antiaéreas. El resultado de esta comprobación no pudo ser más descorazonador; los cañones suecos tan solo tenían proyectiles suficientes para mantener el fuego antiaéreo… ¡durante un minuto!