El extendido mito de que el consumo de zanahoria favorece la vista tiene su origen en la Segunda Guerra Mundial.
En diciembre de 1940, los aviadores británicos comenzaron a obtener grandes resultados contra las operaciones nocturnas de los bombarderos alemanes. El espectacular número de derribos fue explicado por la RAF por un consumo masivo de zanahorias.
Según esta versión, que fue ampliamente difundida por la prensa, la vitamina A que contiene esta hortaliza potenciaba la visión de los aviadores, lo que les permitía distinguir a los bombarderos de la Luftwaffe en la oscuridad.
En realidad, esta afirmación no era más que un engaño, destinado a ocultar a los alemanes la auténtica razón de esa mejora de las prestaciones de la RAF en el combate nocturno. Un nuevo equipamiento de interceptación antiaérea había sido desarrollado por los científicos británicos, pero su utilización debía permanecer en secreto para que no fuera contrarrestada por los científicos germanos. Por tanto, se anotó en el haber de esa humilde hortaliza el mérito de los aviones enemigos derribados.