El hombre que engañó a Goering

El jefe de la Luftwaffe, Hermann Goering, era un apasionado por el arte. Pero sus conocimientos de pintura no fueron suficientes para darse cuenta de que el cuadro Mujer sorprendida en adulterio, del pintor barroco holandés Johannes Vermeer (1632-1675), por la que pagó cerca de medio millón de marcos, era una falsificación, tal como se descubrió una vez finalizada la guerra.

El autor del falso cuadro de Vermeer era un pintor llamado Hans Van Meegeren (1898-1947). Este artista cultivaba el estilo de pintura de los maestros clásicos holandeses, pero se le resistía el reconocimiento de los críticos de arte. Un buen día, para probarse a sí mismo que los expertos estaban equivocados acerca de sus virtudes artísticas, decidió pintar un Vermeer falso. Más tarde, falsificó más vermeers y obras de otros pintores, pero ya como medio de vida, sacándolos al mercado y cobrando importantes cantidades por sus trabajos.

Una vez que Holanda fue invadida por los nazis, este hábil falsificador se aprovechó de la codicia de Goering. De Vermeer tan solo está catalogada una treintena de obras, lo que hace que sus escasas pinturas alcancen un valor astronómico entre los coleccionistas; este hecho condujo a Van Meegeren a pensar que Goering daría lo que fuera por poseer una de estas obras. A través de un banquero que tenía buenas relaciones con las tropas ocupantes, el Mariscal del Reich adquirió finalmente la obra.

Aunque quizás lo más justo hubiera sido premiar a Van Meegeren por haber conseguido engañar al jerarca nazi, las autoridades holandesas de posguerra lo detuvieron el 29 de mayo de 1945. Lo acusaron de traición, al creer que este pintor había vendido a Goering un cuadro auténtico perteneciente al patrimonio artístico holandés, por lo que podía enfrentarse a la cadena perpetua o incluso a la pena de muerte. Pero el 12 de julio de ese mismo año, Van Meegeren sorprendió al mundo del arte al afirmar que era él el autor del cuadro que había ido a parar a los nazis.


Una parte de los inmensos tesoros que acumulaba el mariscal Hermann Goering, producto de sus latrocinios por toda la Europa ocupada.

Al parecer, la falsificación estaba tan conseguida que todos los expertos consultados coincidían en que se trataba de un Vermeer original. Así pues, el acusado decidió demostrar su inocencia pintando otro cuadro de Vermeer (Jesús entre los doctores) ante la atenta mirada de la policía holandesa. Asombrados, los agentes comprobaron que el resultado era idéntico al original. Sin embargo, cuando el trabajo estaba casi listo, Van Meegeren se negó a terminarlo envejececiendo la pintura, de forma que ningún otro artista pudiera descubrir su secreto para añadir la falsa pátina de antigüedad a sus cuadros.

Sin embargo, el análisis detallado que llevaron a cabo los expertos con otras obras del artista detenido sacó a la luz los trucos que empleaba en sus falsificaciones. Van Meegeren compraba cuadros de la época sin valor y raspaba la pintura, para obtener así un lienzo original. Después utilizaba los pigmentos que se solían emplear entonces, aunque se veía forzado a utilizar un producto químico que no se descubrió hasta el siglo XIX, el fenol formaldehído, para endurecer la pintura resultante y dar así la apariencia de que varios siglos habían pasado por aquel cuadro.

De todos modos, aquella insólita exhibición de sus habilidades ante la policía, además de sacudir el mundo del arte al infundir dudas sobre todas las obras existentes de Vermeer, sirvieron para cambiar la naturaleza de la acusación que caía sobre él. Los cargos de traición fueron transformados en cargos de falsificación, pero aún así la condena, dictada el 12 de octubre de 1947, fue de dos años de prisión.

Pese a que la pena no había sido excesivamente dura, es posible que Van Meegeren no soportase ser tratado como un criminal pese a haber demostrado sus ya innegables cualidades artísticas; falleció en su celda de un ataque cardíaco tan solo diecinueve días después de entrar en prisión.

En la actualidad, el falso cuadro de Vermeer que fue comprado por Goering se encuentra guardado en los sótanos de la Galería de Arte Holandés.