Capítulo V: La guerra motorizada

Capítulo V


La guerra motorizada

El extraordinario desarrollo de los vehículos a motor durante el periodo de entreguerras conllevó un cambio radical en las tácticas militares. Durante la guerra de 1914-18, el peso de las ofensivas recaía sobre la infantería; no fue hasta la última fase de la contienda cuando se comprendió que eran las unidades motorizadas las únicas que podían romper los frentes estáticos resultantes de la extenuante guerra de trincheras.

Pero, al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, solo los alemanes habían aplicado esa nueva doctrina, mientras que franceses y británicos continuaban anclados en aquellas tácticas inmovilistas.

El Ejército alemán sería el primero en emplear unidades motorizadas para afrontar las campañas fulgurantes que serían conocidas como la guerra relámpago, pero más tarde, los Aliados —conscientes ya de su error— encontrarían la manera de contrarrestar el dominio de la Wehrmacht en este nuevo tipo de conflicto. Los vehículos a motor adquirían así un papel protagonista, al igual que lo comenzaban a tener también de manera incipiente en la sociedad de la época.