Capítulo I: Arte, cultura, guerra

Capítulo I


Arte, cultura, guerra

Desde que el hombre es hombre, el arte le ha acompañado en todas las aventuras que ha emprendido. Allá donde ha ido, ha dejado la representación idealizada de lo que le rodeaba o de lo que imaginaba.

Por sorprendente que sea, también en medio del fragor de las guerras ha permanecido intacto el interés por las obras artísticas.

Incluso la cultura, un concepto situado en las antípodas de la guerra, se ha ido extendiendo al mismo ritmo de avance de los soldados; allá donde ha llegado un ejército, se instala también —para bien o para mal— la cultura de la nación a la que representa.

La Segunda Guerra Mundial no fue una excepción. Ya fuera para proteger las propias obras de arte, apropiarse de las del enemigo o recuperar las anteriormente confiscadas por este, durante la contienda de 1939-45 ambos bandos dedicaron esfuerzos y recursos a estas labores, en algunas ocasiones por encima de otras prioridades.