En respuesta a: www.nationstates.org/topic—8724511-post-16.html
En mi ciudad gastamos 1,6 billones de dólares en un nuevo sistema de venta de billetes para trenes. Cambiamos los billetes de papel por tarjetas dotadas de un chip, y ahora puede saberse en qué punto un pasajero se sube a un tren y en qué punto se baja. Así que aquí va mi pregunta: ¿cómo es que eso cuesta 1,6 billones?
La gente dice que es porque el gobierno es incompetente, y estoy de acuerdo. Pero esto está ocurriendo en todas partes. Todas las redes de transporte están adquiriendo esas tarjetas «inteligentes», los supermercados solicitan tus datos, los aeropuertos están instalando cámaras de reconocimiento facial. Esas cámaras no funcionan cuando alguien intenta evitarlas. Por ejemplo, pueden ser burladas utilizando unas gafas. Sabemos que no son efectivas como dispositivos antiterroristas, pero aun así continuamos instalándolas.
Todo esto (las tarjetas inteligentes, los sistemas de identificación personal, la tecnología de seguimiento de vehículos para evitar congestiones de tráfico) funciona horriblemente en lo que se supone que debería hacer bien. Solo sirve para seguirnos el rastro al resto de nosotros, al 99,9% que utilizamos las tarjetas inteligentes o lo que sea y dejamos que nos sigan el rastro porque es lo más sencillo.
No soy un fanático de la privacidad, y no es que me moleste demasiado que esas organizaciones quieran saber dónde voy y qué compro. Pero lo que sí me preocupa es lo mucho que se esfuerzan por obtener esa información, la cantidad de dinero que se están gastando en ello y el hecho de que nunca admiten que es eso lo que realmente quieren. Eso significa que esa información debe de ser realmente valiosa por algún motivo, y yo solo me pregunto para quién y por qué.