LA LEYENDA DEL NOMBRE DE TAJURA

Mito (Confusión de las lenguas): Indígenas australianos

En el Sueño la tierra era plana. No había barrancos ni colinas, ni tampoco ríos. Los animales vivían en una tribu y hablaban una sola lengua, de modo que podían entenderse los unos a los otros.

Un día, Tajura, la Serpiente Arcoíris, talló su nombre en la corteza de un eucalipto y les dijo a los demás: «Mirad lo que he hecho, he escrito mi nombre en este árbol, así que vosotros tenéis que hacer lo que yo diga».

Los animales se quedaron impresionados e hicieron lo que Tajura decía. Le ofrecieron su comida y le construyeron un refugio estupendo donde cobijarse. Recogieron tierra y la amontonaron debajo del árbol para levantarlo, y así podían admirar el nombre de Tajura, de modo que aquella fue la primera colina.

Pero Borah, el canguro, no estaba impresionado.

—¿Por qué debemos darle a Tajura nuestra comida, nuestra mejor corteza y trabajar para ella? —preguntó.

Subió a la colina y arrancó la corteza del árbol donde estaba grabado el nombre de Tajura y la enterró en el suelo.

Los animales se sintieron avergonzados y dijeron:

—Hablaremos en nuestra propia lengua para que no nos impresionen las palabras de Tajura.

Se marcharon, algunos hacia el norte, algunos hacia el este, otros al oeste y otros al sur, y por eso hoy el dingo aúlla, la rana croa, la cacatúa chilla y ninguno puede entender al otro.