A mis maestros del Colegio Siglo XXI

de quienes aprendí que la educación

es la lucha por una sociedad más justa.

A Mª Ángeles y Jesús

y a todos los profesores de Secundaria

que continúan transmitiendo su pasión y amor

por el griego y el latín contra viento y marea.

Al maestro Hans H. Ørberg

por su maravillosa labor,

su generosidad y su humildad.

A mi mujer, Amalía,

por regalarme cada día un trocito de cielo

y un trocito de Grecia.

A mis padres

por enseñarme a estar del lado

del pueblo y de la libertad.