Algunos profesores españoles partidarios del Lingua Latina per se Illustrata, me hablaron de un método de griego de características similares conocido como Athínaze (Athénaze según la pronunciación erasmiana.) Éste era, en realidad, el método de griego de Oxford pero mejorado y ampliado por Luigi Miraglia, el profesor italiano al que me referí en el capítulo XXI.
Conseguí la edición preparada por Miraglia de aquel método y desde la primera lectura comprendí que, si bien se trataba de un trabajo muy interesante, aquello no tenía nada que ver con el Lingua Latina per se Illustrata.
La estructura de Athínaze es la de un Reading method, como Reading Greek u otros dedicados a la enseñanza del griego que yo había conocido (Thrasymachus, Méthodos o A Greek boy at home). Le faltaba la característica fundamental del Lingua Latina per se Illustrata y que convierte a éste en una verdadera obra maestra de la enseñanza autodidacta: lo que el propio Ørberg llamaba sistema inductivo contextual, es decir: que cada nuevo elemento o vocablo que se introduce en el texto puede ser deducido a partir del contexto.
El sistema inductivo contextual no era invención de Ørberg, En realidad él había sido contratado por Arthur M. Jensen, director del Naturmetodens Sproginstitut y discípulo de Otto Jespersen, para realizar la versión latina de una serie destinada al autoaprendizaje de idiomas. Estos libros se adelantaban treinta años a lo que en 1983 Stephen Krashen enunció como elemento fundamental del proceso de adquisición de segundas lenguas: el input compensible, o fórmula de i + 1, es decir: que en el proceso de adquisición de una nueva lengua es esencial que el input (i = información recibida) contenga cada vez un único elemento (+ 1) desconocido por el aprendiz de forma que este pueda deducir y asimilar su significado y funcionamiento a partir del contexto.
En el método de Oxford nos encontramos desde el primer capítulo con una buena cantidad de elementos nuevos de gramática y vocabulario a cada paso, algunos de ellos nada útiles para un principiante (vocabulario técnico de la agricultura, por ejemplo.) Miraglia trata de salvar este escollo añadiendo a cada capítulo una enorme cantidad de material de cosecha propia con el que racionaliza y simplifica el texto original del libro de Oxford.
¿Por qué Miraglia no escribió desde el principio un método inductivo contextual en griego? No lo sé. Posiblemente no se vio capaz de ello. Y no me extraña: cuando pienso en el inmenso mecanismo de relojería que es el método Ørberg me pregunto si yo sería capaz de hacer algo parecido… ¡ni siquiera en castellano! No se trata solamente de adaptar la historia de la familia protagonista de una lengua a otra, sino de desestructurar toda la gramática de la lengua para volver a presentarla de forma perfectamente organizada de manera que cada nuevo fenómeno que vaya apareciendo en el texto sea comprensible inmediatamente gracias al contexto. El propio Ørberg comentó en alguna ocasión que no todos los métodos de la serie del Naturmetodens Sproginstitut habían sido capaces de mantenerse fieles al principio inductivo contextual.
A pesar de todo lo dicho la versión de Athínaze elaborada por Miraglia es, en mi opinión, el mejor método para la enseñanza del griego antiguo con el que contamos en estos momentos.