LE LATIN SANS PEINE

Además de mis lecturas de Astérix, en aquel tiempo me dediqué también a leer todos los métodos de latín no convencionales que pude conseguir. Ninguno de ellos me supuso demasiada dificultad, una vez ya había asentado sólidamente mis conocimientos del primer volumen del Lingua Latina per se Illustrata.

El primero con el que comencé fue Le Latin sans peine, de la serie Assimil, escrito por C. Desessard. Se trata de un volumen verdaderamente delicioso, aunque creo que su nivel de dificultad inicial puede ser excesivo para quien pretenda aprender con él latín desde cero. Yo, en cualquier caso, aconsejaría su lectura después de haber completado el primer volumen del Lingua Latina per se Illustrata, aunque conozco a gente que ha alcanzado un nivel excelente de latín gracias exclusivamente al estudio del libro de Desessard.

Como en cualquier volumen de la serie Assimil el estudio se organiza en dos fases: en la primera simplemente hay que ir leyendo una y otra vez el texto latino, preocupándose tan sólo de entender los textos con ayuda de la traducción. Aquí hay que aclarar que al estar el libro en base francesa, es imprescindible dominar esta lengua para poder trabajar con este manual. En la segunda fase, una vez nos hemos empapado bien del vocabulario y las expresiones latinas, para lo cual hay que haber leído y vuelto a leer muchísimas veces cada uno de los primeros cincuenta capítulos, hasta entenderlos a la primera según los vamos leyendo u oyendo en latín, comenzaremos a traducir nosotros mismos del francés al latín las mismas frases con las que ya nos hemos familiarizado y así continuaremos avanzando hasta completar los cien capítulos de la obra. Cada siete capítulos hay uno dedicado a la explicación pormenorizada, en francés, de todos los fenómenos gramaticales que han ido apareciendo hasta el momento.

Ya digo que a mí, personalmente, aprender una lengua así desde cero me parece muy difícil. Yo no me vería capaz de estudiar, por ejemplo, ruso o alemán sólo con el método Assimil. Pero utilizar esta metodología como refuerzo de otras es bastante efectivo y, sobre todo, relajado, pues se adapta perfectamente a cualquier ritmo. Basta con tener a mano siempre el librito o los audios para dedicarles unos minutos en cualquier momento en que no tengas otra cosa mejor que hacer. Y los resultados, poco a poco, se notan.

Además del método Assimil de Desessard, existe otra edición francesa más moderna que no recomiendo y cuyos textos no sólo no tienen nada que ver con los simpatiquísimos de la vieja edición sino que, además, están plagados de errores. Afortunadamente, la sección italiana de la casa Assimil ha reeditado el método de Desessard acompañándolo de unas excelentes grabaciones en CD que, además, han tenido la gentileza de registrar en dos versiones: con pronunciación restituta y con la musical y primorosa pronunciación ecclesiastica, que es la tradicional en Italia.