Notas al capítulo 4

[1] La palabra «Euzkadi» es una invención de Arana y, como señaló Unamuno y se ha observado a menudo, un disparate en vascuence, pues emplea un sufijo sólo usado para vegetales, como si España fuese transformado en «Españoleda», por afinidad con alameda, rosaleda, etc. Además transformó arbitrariamente «eusko» en «euzko», al parecer con la idea de dar un matiz «solar» (del sol) al término. De hecho los aranistas atribuían al término Euzkadi un carácter literalmente mágico: «palabra mágica, creada por el genio inmortal de nuestro Maestro», dice el político peneuvista M. de Eguileor. Y debía de serlo, pues fue un término que «no acertó a sacar durante cuarenta siglos nuestra raza del fondo de su alma». ¡Durante tantos siglos los vascos habían sido incapaces, según el PNV, de inventar un término que los distinguiese! Esa pretensión, debe admitirse, no deja en buen lugar la capacidad mental del pueblo que dicen defender, y al cual vegetalizan, por así decir. <<

[2] Numerosas citas similares en Páginas de Sabino Arana, Criterio libros, Madrid, 1998. <<

[3] La excepción principal fue la expedición de Macià a Prats de Molló. Macià, antiguo coronel muy españolista, evolucionó hacia el separatismo, y fundó el partido Estat Català. Desde Francia trataba de organizar un movimiento de «almogávares» para imponerse en Cataluña, y buscó al efecto apoyo en Moscú. «Todo por la liberación de Cataluña, incluso el comunismo», había dicho. Al saberlo, algunos millonarios catalanes residentes en Hispanoamérica amenazaron con retirarle el dinero que le pasaban, y así concluyó la peripecia moscovita de Macià. La intentona de Prats de Molló culminó de forma algo tartarinesca, con el arresto de los aguerridos expedicionarios por la policía francesa, y una campaña de propaganda en Francia contra la «España intolerante e inquisitorial». <<

[4] F. CAMBÓ, Memorias, Alianza, Madrid, 1987, pp. 420-421. <<

[5] M. MAURA, Así cayó…, cit., p. 71. <<

[6] F. CAMBÓ, Memorias, cit., p. 420. <<

[7] Josep Pla escribe: «La terminología política de la Esquerra está llena de todos los tópicos del humanitarismo más insincero y tronado (…). Hacen grandes gestos, se ponen cada dos minutos la mano en el pecho, dan chillidos sentimentales y hacen unos terribles aspavientos de bondad (…).Toda la pornografía del exilio, el onanismo de los catalanes de América, los estados más abyectos de la mugre sensorial se han implantado en Cataluña de la manera más simple y natural». Vid. J. PLA, De la monarquía a la república, Acervo, Barcelona, 1977, p. 93. <<

[8] M. AZAÑA, Memorias I, cit., p. 21 y 22 julio de 1931. <<

[9] L'Humanitat, Barcelona, 14 y 22 de noviembre de 1933; CAMBÓ, Memorias, cit., p. 458. La historiografía nacionalista catalana, de izquierdas y de derechas, acostumbra olvidar estos lenguajes y violencias, presentando en toda ocasión a unos catalanistas razonables, víctimas de la incomprensión y el fanatismo ajenos. Ejemplo típico son las voluminosas memorias de Carles Pi i Sunyer, casi inútiles para el historiador, excepto como expresión de un talante y recordatorio peculiares. <<

[10] En P MOA, Los orígenes…, cit., pp. 323 ss.; C. PI SUNYER, La República y la guerra. Memorias de un político catalán, Oasis, México, 1975, p. 219. <<

[11] A. HURTADO, Quaranta anys d'advocat. História del meu temps, Barcelona, Ariel, 1967, p. 290. <<

[12] Diario de sesiones del Parlamento catalán, del 5 de mayo de 1936. <<

[13] Claro que los preparativos no podían mantenerse del todo ocultos, pero el gobierno estaba resuelto a ignorarlos. El 25 de junio el monárquico Goicoechea denunció en las Cortes que la Esquerra se armaba, y Samper replicó: «¿Contra quién? ¿Contra el Poder público del Estado español? Yo no seré capaz de inferir semejante injuria a los representantes de la Generalidad. Eso sería incubar la catástrofe». Y el ministro de Marina, el radical Rocha, criticó severamente las denuncias, propias de un talante «separador», equivalente al «separatista». (En P. MOA, Los orígenes…, cit., pp. 323 ss.). <<

[14] Ibid., pp. 323 ss., p. 339. <<

[15] En P. MOA, El derrumbe…, cit., pp. 87 ss. <<

[16] C. RIVAS CHERIF, Retrato de un desconocido. Vida de Manuel Azaña, Barcelona, Grijalbo, 1981, p. 667. <<