[1] De paso resumía las líneas maestras de la propaganda izquierdista: «Los designios [rebeldes] son tan notorios y el propósito tan evidente que sólo los ciegos de entendimiento o de malicia pueden negarlo. Simplemente se trata de sustituir la voluntad general del pueblo por la de una clase social deseosa de perpetuar sus privilegios. Ni amor a España, ni inquietud por el cuerpo de la Patria, ni temores por su desmembración, ni zozobra por el desarrollo de su economía (…). Se disfrazan con frases sonoras los propósitos para encubrir la turbia e inconfundible realidad». ¿Cómo podía haberse negado a armar a ese pueblo, e intentado pactar con semejantes rebeldes? <<
[2] F. DÍAZ PLAJA, La guerra de España en sus documentos, Plaza y Janés, Barcelona, 1969, pp. 54-55, 42-44, 35-36. <<
[3] En J. SALAS, Guerra aérea 1936/39, 1, Instituto de Historia y Cultura Aeronáuticas, Madrid, 1999, p. 74. <<
[4] La carta del caíd Soliman el Jatabi comenzaba así: «Al glorioso héroe, tan afortunado de mano, alma y corazón: al general Franco» (F. DÍAZ PLAJA, La guerra…, cit., p. 13). <<
[5] F. DÍAZ PLAJA, La guerra…, cit., p. 25. <<
[6] Franco debía recibir veinte aviones de transporte Junkers 52 (uno aterrizó en zona izquierdista) y seis cazas Heinkel 51, inferiores a los franceses Potez 54 y los Dewoitine 371, pedidos por Madrid (J. SALAS LARRAZÁBAL, Guerra…, 1, cit., p. 85). Los italianos Savoia 81 y Fiat CR 32, eran mejores que los demás. <<
[7] J. SALAS LARRAZÁBAL, Guerra…, 1, cit., p. 105. <<
[8] C. Blanco Escolá asevera, por las buenas: «Después de que los aviones alemanes e italianos fueron llegando a Tetuán, quedó realmente establecido el puente aéreo. Los hagiógrafos de Franco aprovechan esta circunstancia para lanzar las campanas al vuelo y proclamar que su héroe posee el honor de haber sido el organizador del primer puente aéreo de la Historia (…) ¿cómo podría el rutinario y mediocre Franco contribuir con su granito de arena a la evolución del arte de la guerra? (…). El verdadero puente aéreo se organizó con la llegada de los grandes aviones de transporte extranjeros». G. Cardona: «La aviación de Franco fue inicialmente posible por los Savoia y Junkers recibidos de Italia y Alemania. Con ellos, el puente aéreo a Sevilla fue una realidad». Según Viñas, no más escrupuloso, los aviones alemanes «rápidamente se dedicaron a montar el primer puente aéreo intercontinental de la historia». Yendo más allá, estima que el apoyo alemán no sólo permitió «que un golpe de fuerza fallido se transformase, irremediablemente, en una larga y cruenta guerra civil», sino que aseguró la primacía de Franco frente a la rivalidad (inexistente) de Mola. La cronología de La guerra civil española 50 años después, dirigida por Tuñón de Lara informa: «5 de agosto. Se inicia el puente aéreo». Llevaba ya dos semanas en marcha.
Preston, aquí más veraz y lógico, explica: «Separado por mar de la España peninsular, Franco, aconsejado por Kindelán, empezó a acariciar la revolucionaria idea de trasladar su ejército por aire». «La decisión alemana de enviar veinte bombarderos a Franco ayudó a convertir un golpe de estado en apuros en una sangrienta y prolongada guerra civil, aunque con el tiempo es evidente que Franco habría cruzado el estrecho con sus hombres sin la ayuda alemana». Todos escriben como si la república continuara en pie (C. BLANCO ESCOLÁ, La incompetencia…, cit., p. 229; G. CARDONA, en VV.AA., La Guerra civil española, 50 años después, Labor, Barcelona, 1985, p. 231; A. VIÑAS, id., p. 131, y en Guerra, dinero, dictadura, Crítica, Barcelona, 1984, p. 29; P PRESTON, Franco, cit., pp. 197, 205). <<
[9] J. SALAS, Guerra, 1, cit., p. 129. <<