Notas al capítulo 10

[1] I. PRIETO, Discursos fundamentales, Turner, Madrid, 1975, p. 257. <<

[2] La carta ha desaparecido de la última edición de las Memorias de Gil-Robles, de 1998. Cabe sospechar que no es casual la omisión, pese (o por) su elevado valor testimonial. <<

[3] F. FRANCO SALGADO-ARAUJO, Mis conversaciones privadas con Franco, Planeta, Barcelona, 1976, p. 452; F. FRANCO, Apuntes personales, Madrid, Fundación Nacional Francisco Franco, p. 22. <<

[4] En P. PRESTON, Franco, cit., p. 104. <<

[5] M. AZAÑA, Memorias I, cit., p. 43. <<

[6] M. AZAÑA, Memorias I, cit., p. 121. <<

[7] F. FRANCO SALGADO-ARAUJO, Mis conversaciones…, cit., p. 452. <<

[8] Ibid., pp. 499-500; P. PRESTON, Franco, cit., p. 121. <<

[9] F. FRANCO SALGADO-ARAUJO, pp. 499, 500, 452. <<

[10] D. MARTÍNEZ BARRIO, Memorias, cit., p. 138. <<

[11] M. AZAÑA, Memorias, 1, cit., pp. 546. <<

[12] P. SAINZ RODRÍGUEZ, Testimonio…, p. 324. <<

[13] F. FRANCO, Apuntes, cit., p. 11. <<

[14] D. HIDALGO, ¿Por qué fui lanzado del Ministerio de la Guerra?, Madrid, 1934, p. 65; S. de MADARIAGA, Memorias. Amanecer sin mediodía, Espasa, Madrid, 1974, p. 532. J. PLA, Historia de la II República Española, III, p. 298. <<

[15] Preston cree o quiere creer a pies juntillas esa campaña, y denuncia «la manera particularmente severa con que Franco dirigió la represión desde Madrid». O bien: «libre de consideraciones humanitarias que hacían que algunos oficiales superiores dudaran de utilizar todo el peso de las fuerzas armadas contra civiles, Franco afrontaba el problema con gélida crueldad». No eran «civiles», sino milicianos armados, y si alguien empleó «todo el peso de las fuerzas armadas» fue el general López Ochoa, jefe sobre el terreno, que procuró hacer caso omiso de las recomendaciones de Franco, y a quien tampoco puede achacarse «gélida crueldad», pues el número total de muertos, entre milicianos, guardias, soldados y civiles, subió a un millar escaso, no muchos para una lucha enconada durante dos semanas (P. PRESTON, Franco, cit., pp. 137-138). <<

[16] F. FRANCO, Apuntes, cit., p.19. <<

[17] Recibió la confidencia de que su nombre constaba en una lista de personas a eliminar, en la que figuraba también Calvo Sotelo (F. FRANCO, Apuntes, cit., 18-19, 15). <<

[18] F. FRANCO, Apuntes, cit., p. 25. <<

[19] Ibid., pp. 27-31. <<

[20] Ibid. p. 21. <<

[21] F. FRANCO SALGADO-ARAUJO, Mi vida junto a Franco, Planeta, Barcelona, 1977, p. 132. <<

[22] R. DE LA CIERVA, Franco, la Historia, Fénix, Madrid, 2000, p. 276; F. FRANCO, Apuntes, cit., p. 34. <<

[23] R. DE LA CIERVA, Franco, cit., p. 275. <<

[24] F. FRANCO SALGADO-ARAUJO, Mi vida…, p. 150. <<

[25] J. ZUGAZAGOITIA, Guerra y vicisitudes de los españoles, 1, Librería española, París, 1968, p. 22. J. S. VIDARTE, Todos…, 1, cit., p. 101. <<

[26] De manera aun más acentuada que en el caso de Azaña, los puntos de vista y la actuación de Franco no suelen ser tenidos en cuenta, sino interpretados a priori. El mismo P. Johnson califica al general de «poco agradable, y es probable que nunca conquiste el aprecio de los historiadores», aunque lo ve como «una de las figuras políticas más eficaces del siglo». El coronel Blanco Escolá, que tiene a Preston por «quizá el más brillante biógrafo de Franco», dice de éste: «Todas las debilidades y flaquezas de la humana condición encontraban buen acomodo en su persona, y, por lo demás, fue la mediocridad el rasgo que de manera más fiel le acompañaría a lo largo de la vida». La acumulación de flaquezas y debilidades daría un perfecto malvado o un completo inepto, difícilmente un mediocre. Y los tajantes juicios de Blanco, ¿revelan a un sagaz analista? (P JOHNSON, Tiempos modernos, cit., p. 410; C. BLANCO ESCOLÁ, La incompetencia militar de Franco, Alianza, Madrid, 2000, pp. 19, 67). <<