Queridos René y Phuong,
Os he pedido permiso para dedicaros este libro no sólo en recuerdo de las felices noches que pasé a vuestro lado en Saigón durante los últimos cinco años, sino también porque sin empacho de ningún tipo he usado vuestro piso para situar a uno de mis personajes, y tu nombre, Phuong, para conveniencia de los lectores, porque es simple, hermoso y fácil de pronunciar, lo que no se puede decir de los demás nombres femeninos de tu país. Advertiréis que he tomado muy poco más, y desde luego los personajes no se identifican con nadie de Vietnam. Pyle, Granger, Fowler, Vigot, Joe… no tienen su original en la vida de Saigón o Hanói, y el general Thé está muerto: de un tiro en la espalda, según dicen. Incluso los acontecimientos históricos se han cambiado al menos en un caso. Por ejemplo, la gran bomba cerca del Continental fue antes y no después de las bombas de las bicicletas. No he tenido escrúpulos en estos cambios tan menores. Éste es un relato, y no un fragmento de la historia, y espero que como tal relato sobre unos personajes imaginarios lo recibáis ambos en una cálida noche de Saigón.
Afectuosamente,
GRAHAM GREENE