PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN INGLESA

Este libro fue planeado el año 1951, se escribió en 1952 y 1953 y se publicó a fines de 1953. Mientras se estaba imprimiendo, se produjeron en los medios arqueológicos del Mar Egeo varios acontecimientos notables que ya no fue posible incluir en la edición anterior, salvo en forma de un breve apéndice. Estos acontecimientos fueron el descubrimiento en Micenas de un círculo de tumbas completamente «nuevo», que contenía ricos tesoros de arte micénico, otros varios hallazgos notables fuera de las murallas de la Ciudadela debidos al profesor Wace, y por último, aunque no de menos importancia, el descifre parcial de la escritura minoico-micénica llamada «Lineal B», logrado por Michael Ventris.

Como la primera edición se ha agotado y otra está a punto de aparecer, he aprovechado la oportunidad para ponerla al día, añadiendo otros dos capítulos y revisando el resto del texto, sin alterar, naturalmente, el contenido esencial del libro, inspirado en una visita que hice a Grecia y Creta en la primavera de 1951. Los últimos descubrimientos, aunque han abierto nuevas perspectivas llenas de posibilidades, no afectan la parte histórica de la narración y en realidad no es posible apreciar debidamente el significado de estos descubrimientos hasta haber estudiado las conclusiones a que llegaron Schliemann y Evans.

Antes de seguir, quiero expresar mi gratitud a los autores cuyas obras han servido para documentar este libro.

Cualquiera que intente escribir un libro sobre el desarrollo de la civilización minoica tendrá que recurrir a la gran obra de Sir Arthur Evans, The Palace of Minos. Por lo tanto, mi principal deuda de gratitud es con los ejecutores literarios de Sir Arthur, la Imprenta Clarendon, y la Editorial Macmillan, que me permitieron no solamente tomar citas del libro, sino también reproducir algunas de las notables láminas ilustrando distintos aspectos de la cultura minoica, que tanto abundan en él.

Estoy también muy agradecido a la British Broadcasting Corporation que me proporcionó la oportunidad de visitar Grecia y Creta en relación con mis programas documentales de radio sobre Heinrich Schliemann y Sir Arthur Evans.

Tampoco quiero dejar de expresar mi gratitud al profesor Alan Wace, por revisar mi manuscrito, por sus valiosas sugerencias y por su introducción.

Entre los muchos textos consultados que figuran en la biblioteca al final de este libro, me han sido de especial utilidad la vida de Schliemann, de Emil Ludwig, y las obras del propio Schliemann, en especial Ilios con sus interesantes detalles autobiográficos, y los escritos de Schuchhardt, Dörpfeld y Karo.

Para los datos personales de la vida de Sir Arthur, la fuente más completa y autorizada es Time and Chance, escrito por su hermanastra, la Dra. Joan Evans, y publicado hacia fines de la segunda Guerra Mundial. Quiero expresar también mi agradecimiento a Sir John Myres que, a los ochenta años ya cumplidos, tuvo la bondad de recibirme en su casa de Oxford, proporcionándome impresiones personales sobre su amigo íntimo que nunca hubiera podido obtener si me hubiera tenido que basar exclusivamente en lo que se ha escrito sobre él.

Después de The Palace of Minos, el estudio más completo y ameno sobre la civilización prehistórica de Creta es sin duda la Archaeology of Crete, de John Pendlebury. Conocí la obra de Pendlebury gracias a H.W. Fairman, profesor de egiptología en la Universidad de Liverpool, que había hecho excavaciones con Pendlebury en Egipto, en Tell-el-Amarna, la ciudad de Akhenaton. Después de mi visita a Tell-el-Amarna en 1947, sentí el deseo de conocer Cnosos, donde Pendlebury había desempeñado el cargo de conservador durante una porción de años. Cuando al fin realicé mis deseos y estudié el Palacio de Minos con la «Guía» de Pendlebury en la mano, recordé con pena al joven erudito que tanto amó al pueblo de Creta. Fue uno de los dirigentes de la Resistencia cretense y murió en la contienda. De haber vivido quizás habría llegado a ser un sucesor digno de Evans, que lo quería y respetaba.

Deseo igualmente expresar mi gratitud al personal de la Escuela Británica de Atenas, que se encargó de hacer las gestiones necesarias para mi visita a Cnosos, y al personal de la Escuela en Londres, en particular a su Secretaria, la competente Miss Edith Clay. Me siento también muy agradecido al Dr. Frank Stubbings, profesor de Literatura Clásica en Cambridge, por sus orientaciones de tipo profesional.

Salvo dos excepciones, todas las citas de la Ilíada y la Odisea son traducciones de la moderna versión de E.V. Rieu, publicada en la colección «Penguin».

Finalmente, deseo dar las gracias al señor y a la señora Piet de Jong por su ayuda y hospitalidad. Piet de Jong fue el último conservador inglés de Cnosos antes de ser entregada esta zona arqueológica, junto con la Villa Ariadna, a las autoridades griegas en 1952. En 1922, Sir Arthur Evans lo había nombrado su arquitecto. El difícil y abnegado trabajo que de Jong y su esposa realizaron para remediar las consecuencias del abandono del palacio durante la época de la guerra, no fue la menos importante de sus obras. De haber vivido todavía Sir Arthur, sin duda habría sido el primero en felicitar a su antiguo arquitecto. Por lo tanto, yo, como un observador desinteresado, deseo hacer constar el hecho de que, cuando el Palacio de Minos fue al fin entregado a las autoridades griegas, la excelente condición en que se encontraba, al igual que la de la Villa Ariadna, se debía principalmente a este modesto hombre de Yorkshire y su esposa que tuvieron que hacer frente a las dificultades de la posguerra, que felizmente no tuvo que padecer Sir Arthur.

LEONARD COTTRELL