Una sombra entró al interior de la cúpula del transportador y revisó minuciosamente.
—No están. Nadie puede ir al Abismo sin que antes lo autorice el Consejo —dijo Kasiel.
—¿Grabaste cuando San Pedro entró a la cúpula del transportador?
—Sí, está todo grabado —contestó Érico.
—Bien, esta noticia causará sensación cuando esté lista —dijo Kasiel sonriendo.