Capítulo 28

San Pedro volvió con los niños.

—Niños, les enseñaré cómo construir objetos con las nubes que hay en el Cielo.

Tomen un poco de materia nube del suelo y traten de darle forma. Los niños trataron de sacar materia nube, pero no pudieron.

—Tienen que sacar la materia nube muy despacio.

Los niños sacaron lentamente trozos de nubes, los cuales quedaron suspendidos en el aire.

—Traten de darle forma a la nube y concéntrense para que la materia nube mantenga su aspecto.

Ignacio creó un cubo de nube. Matías hizo un bate de béisbol de materia nube y con este le pegó a Ignacio. Ignacio tomó el cubo hecho de nube y se lo tiró a Matías. Los golpes se sentían como si fueran almohadones de espuma.

—Mi cubo se está deshaciendo —se lamentó Ignacio.

—Mi bate igual —contestó Matías.

—La materia nube está recuperando su forma original, porque no están concentrados. Muchos de los espíritus que llegan al Cielo extrañan los bienes materiales que tenían cuando estaban en la tierra. Con la materia nube, pueden crear todo lo que se les ocurra, pero todo dura hasta que pierden la concentración o se acuesten a dormir. Al otro día deben crear todo de nuevo. Luego de un tiempo, los espíritus se acostumbran a tener solo lo necesario y comienzan a usar sus mentes para fines más puros, como crear, evolucionar y desarrollar sus virtudes.

—Las nubes que hay en los anillos, ¿no se deshacen? —preguntó Ignacio.

—Ah, lo que pasa es que esas nubes, están hechas de materia nube de mayor vibración y por eso, sólo un ángel puede desintegrar ese tipo de nube.

—Pueden crear su propia comida también.

—¿En serio? —preguntó Matías.

—Sí, pero… hace siglos que no como, así que veré que puedo crear. San Pedro tomó un poco de materia nube, le dio forma y creó una hogaza de pan y se las ofreció a los niños. Ignacio y Matías se miraron, probaron el pan y sí, tenía gusto a pan.

—¿No tiene nada para colocarle al pan?

San Pedro pensó un momento y creó un pescado ahumado y se los dio. Los niños miraron el pescado ahumado con asco.

—Tengan en cuenta que la última vez que comí fue hace como dos mil años ¿Qué se come en estos tiempos?

—Hamburguesa con queso.

—Papas fritas.

—Pollo frito.

—Helado de chocolate.

—Caramelos.

—No, no sé cómo se hacen esas cosas —dijo San Pedro.

—Si usted nos enseña nosotros las haremos.

—No es tan difícil. Tomen un poco de materia nube y concéntrense en el alimento que deseen. Si es de textura dura, lo aprietan. Si es de textura blanda lo estiran. Si es líquido deshagan la materia nube, frotándola con las manos y vacíenla en algún recipiente. Ignacio tomó un trozo de materia nube y le dio forma de pollo. Cerró los ojos, se concentró y pensó en un pollo. De pronto la materia nube comenzó a tomar el color y la textura de un pollo… crudo.

—Yo quiero probar, dijo Matías, quien tomó un trozo de materia nube y también le dio forma de pollo. Cerró los ojos, se concentró y creó un pollo de chocolate. Matías le dio un mordisco al pollo y sí, tenía gusto a chocolate.

San Pedro sacó un trozo de pollo de chocolate y le encantó el sabor. Nunca había probado algo igual.

—Me toca a mí —dijo Ignacio, quien modeló la materia nube, se concentró y apareció un bistec… de helado. Sacó más trozos de nube y les dio forma de tenedor y cuchillo. Cerró los ojos y los cubiertos se transformaron en caramelo de colores.

San Pedro probó el bistec de helado y le encantó.

—Está frío.

—Sí, por eso se llama helado —dijo Matías.

Los niños se comieron el bistec y también el cuchillo y el tenedor de caramelo.

—Que divertido. Ahora quiero un hot dog gigante —dijo Ignacio, quien le dio forma a la materia nube y apareció un hot dog, hecho de salchicha. El pan estaba hecho de salchicha, la mayonesa era salchicha líquida y la salchicha era de salchicha.

—Si quieren alimentos hechos de varios elementos, tienen que imaginar cada cosa independiente y después unirlas —comentó San Pedro.

—Es muy complicado. Me duele la cabeza, mejor me concentraré para que aparezca una bebida de cola.

Ignacio deshizo la materia nube en una jarra hecha de nube. Se concentró y el líquido se transformó en una bebida de cola.

—Pruebe esta bebida que tomamos en la tierra —dijo Ignacio.

San Pedro la probó y le gustó el sabor.

—¿Esta bebida está hecha de cola de caballo o de vaca?

Los niños miraron a San Pedro y se largaron a reír. San Pedro no entendió el chiste, pero igual se rio.

Matías se echó materia nube a la boca, la masticó e hizo un globo gigante de bebida que flotaba por la oficina de San Pedro. Los niños tomaron de la bebida, aspirando partes del globo que flotaba en el aire.

San Pedro trató de tomar la bebida del globo, pero en vez de aspirar el líquido con los labios, mordió el globo de bebida reventándolo. Los niños se agarraban el estómago de risa y San Pedro quedó todo empapado de bebida, pero igual se terminó riendo.

—Hace mucho tiempo que no la pasaba tan bien. A veces con tanto trabajo, se me olvida que debemos disfrutar de las cosas simples.

—Niños, ya es tarde y ustedes tienen que descansar, pues mañana tenemos que ir a primera hora al Purgatorio.