Bueno, la cosa es que la fiesta de graduación se precipita hacia mí a toda velocidad, descontrolada y con las luces largas puestas. Sin embargo, no hay de qué preocuparse. Tengo un plan. Me veo con una réplica exacta de un esmoquin de Dean Martin y una gran limusina blanca. Claro que alguien tendrá que ayudarme a pagar la limusina, así que hablo con Ricky.
—Lo siento, tío —me dice—. No puedo. Bethany ya ha hecho planes para que compartamos la limusina con Tara y Brian Roush.
—¿Roush? ¿Vas a compartir la limusina con Roush?
—Sí, ha invitado a Tara a la fiesta y ya sabes lo amigas que son Bethany y ella. ¿Ves?, podrías haber sido tú el que nos acompañara en la limusina si hubieras salido con Tara como te dije.
—Bueno pero, de todas maneras, si conseguimos una limusina grande, estoy seguro de que pueden caber tres parejas fácilmente.
Hace un gesto extraño.
—¿Qué?
—Sí, bueno, es que no eres precisamente la persona favorita de Bethany.
—¿Yo? ¿Qué tiene en contra de mí? ¿No me acabas de decir que yo estaría en esa limusina si hubiera salido con Tara?
—Así es. Si hubieras salido con Tara. Tal como están las cosas, creo que piensa que eres demasiado, eh, salvaje para su gusto.
—¿Salvaje? No soy salvaje, soy divertido.
—Vale. Entonces piensa que eres demasiado divertido para su gusto.
Y eso es todo. No iré en la misma limusina que Ricky. ¿Qué ha pasado con la lealtad en este mundo? Después de todo, ¿quién fue el que lio a Ricky y Bethany para empezar?
Pero no me doy por vencido fácilmente, así que llamo a Cody Dennis para proponerle la idea, pero por supuesto le da demasiado miedo invitar a una chica a la fiesta. De hecho, le da demasiado miedo que yo invite a una chica a la fiesta por él.
Entonces se me ocurre una solución fabulosa: ¿por qué no ponemos en práctica de una vez la idea de salir en parejas con Cassidy y Marcus? Probablemente les vendrá bien una chispa de diversión en su noche. La maniobra requiere de tacto, eso sí. Vale que Marcus no tenga problema con que Cassidy y yo quedemos como amigos ahora, pero eso no quiere decir que le vaya a encantar que vaya a la fiesta de graduación con ellos. No, la manera de demostrarles las bondades de esta propuesta es proponer primero la simple idea de salir juntos al cine. Cuando vean lo divertidos que somos los cuatro, entonces será sencillo convencerlos de lo de la fiesta de graduación.
Cassidy piensa que lo del cine es una idea genial y Marcus le sigue la corriente, pero se nota que no es precisamente un tsunami de entusiasmo. Así que ese sábado vamos a un restaurante y después a ver Lovestruck Fool en el cine en Bricktown. Para mí, todo va requetebién excepto tal vez porque, después de la película, a Aimee se le cae la botella de vodka del bolso por accidente y se hace pedazos en la entrada de los cines. Este tipo de situación es simplemente graciosa para mí, pero no todos tienen el mismo tipo de sentido del humor completamente desarrollado. Marcus nos mira de reojo. Sí, de reojo.
Así que al día siguiente llamo a Cassidy y me contesta desde el móvil porque está repartiendo comida a los ancianos con Marcus. Le propongo el trato del baile de graduación y me entero de que ya tienen planes para alquilar una limusina con algunos de sus amigos y sus novias.
—Pero nos divertimos tanto en el cine… Somos un grupo estelar.
—Lo siento, pero ya habíamos hecho planes. ¿Qué esperabas, Sutter? La fiesta de graduación es este fin de semana. Todo el mundo tiene planes. Probablemente ya no puedas conseguir una limusina a estas alturas.
—Bueno, entonces supongo que tendré que ir a conseguir un esmoquin mañana.
—¿Qué? ¿Ni siquiera has pedido el esmoquin?
—Oye, que yo pensaba esperar hasta el día de la fiesta.
—Sutter, más te vale no echar a perder esta graduación para Aimee. Es algo importante para esta chica.
—No te preocupes —le digo con desenfado—. Está todo en orden. Las estrellas están perfectamente alineadas para que tengamos una noche súper fabulosa. Lo único que tengo que hacer es dejar que las cosas se asienten.