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La gripe aviar[1]

UN PELIGROSO VIRUS Y SU ALARGADA SOMBRA

Mientras escribo esto, la gripe aviar es probable que se convierta en la mayor historia científica del siglo XXI. Los científicos están bastante preocupados con que este virus, que se extiende por la población de aves mundial, pueda mutar para extenderse entre los humanos, convirtiéndose en una pandemia a escala global.

Las pasadas pandemias se han extendido por el mundo en dos y a veces en tres oleadas, y como el mundo se ha vuelto más interdependiente, está garantizado que cualquier gran pandemia de los próximos años se dará a escala global. Si esta se extendiese, se estima que el 20 por ciento de la población mundial enfermaría; 30 millones de personas necesitarían ser hospitalizadas y un cuarto de estos morirían. La Oficina de Presupuestos del Congreso de los EE.UU. ha estimado que una pandemia severa podría infectar a 90 millones de estadounidenses, mataría a dos millones y haría que la economía entrase en recesión. Las escuelas cerrarían, el absentismo laboral sería alto y los viajes aéreos caerían dos tercios. En octubre de 2005 el presidente Bush anunció que consideraría usar el ejército para forzar cuarentenas en caso de que se produzca un brote en los Estados Unidos. (Para entender el posible colapso de las infraestructuras bajo estas circunstancias, solo necesitamos pensar en Nueva Orleans en septiembre de 2005, cuando el mundo fue testigo del fracaso de todos los sistemas de ayuda hacia los residentes del área del Golfo en caso de tormenta).

Incluso en el caso en que solo se dé una forma suave de gripe, la Oficina de Presupuestos del Congreso predice una caída de la demanda en todas las industrias de alrededor del 3 por ciento, un 17 por ciento de caída en los viajes, y un 20 por ciento en la asistencia a recreaciones y restaurantes.

La comunidad científica ha estado advirtiendo de este peligro durante varios años, pero solo recientemente los expertos han podido captar por parte del gobierno la atención que merece el problema. La vergüenza por la respuesta de emergencia en el caso del huracán Katrina, añadida al hecho de que la población de aves con la gripe aviar se está moviendo, pueden explicar en parte el despertar de los Estados Unidos ante esta amenaza. Puede que otros países también estén prestando atención, ya que las aves salvajes transportan la enfermedad por las avenidas del aire y ven cómo sus aves domésticas y patos están siendo diezmados por la enfermedad.

De modo que, ¿cómo está la situación? Como explica el capítulo, nadie está seguro de lo grave que es. Las pandemias de gripe suelen ocurrir cada treinta años, y para que una epidemia se califique como pandemia han de darse las siguientes condiciones:

  1. Ha de emerger un nuevo subtipo de virus
  2. Ha de infectar a los humanos causando graves enfermedades en grandes porciones de población en una amplia área geográfica.
  3. Ha de extenderse fácil y prolongadamente entre los humanos.

Mientras escribo esto, las primeras condiciones ya se han dado, pero quizá tengamos suerte y el virus no mute nunca de manera que se transmita a los humanos. Pero incluso si somos afortunados, esta gripe ha de ser vista como una llamada de atención. Como veréis en este capítulo, necesitamos de manera desesperada un sistema de vigilancia de enfermedades global que busque enfermedades en tanto humanos como en animales para proteger a la humanidad.

¿POR QUÉ PREOCUPARSE TANTO POR ESTA GRIPE?

El virus de la gripe H5N1 es una cepa Tipo A mortal. (El nombre es una abreviación de la descripción científica de su estructura). La enfermedad ha estado ya asolando pollos y patos en Asia durante muchos años. La primera transmisión a humanos ocurrió en Hong Kong en 1997, y hasta la fecha, la enfermedad parece matar a la mitad de personas que infecta. En comparación, la gripe estacional que ataca cada invierno mata tan solo una pequeña fracción de los que enferman. Aún así, mueren por esta causa cada año 36 000 estadounidenses.

Términos y estadísticas

GRIPE ESTACIONAL: Una enfermedad respiratoria contagiosa causada por un virus de la gripe y a menudo ocurre en invierno.

EPIDEMIA: Surgimiento de una enfermedad que afecta a mucha gente de una comunidad a la vez.

GRIPE PANDÉMICA: Una epidemia que alcanza proporciones mundiales. Ha habido tres gripes pandémicas en el siglo veinte: en 1918, 1957 y 1968. Las tres condiciones para una pandemia son: emerge un nuevo virus, infecta y causa serias enfermedades a los humanos, se extiende fácilmente.

GRIPE AVIAR: Una enfermedad causada por un virus de gripe aviar que ocurre naturalmente entre las aves y en raros casos es transmitida a los humanos.

GRIPE H5N1: Una cepa de la gripe aviar que es altamente contagiosa y fatal y que se ha extendido de aves a humanos. La H y la N son proteínas que cubren el virus.

Estadísticas de muertes por gripe durante pandemias

GRIPE DE 1918: 50 millones en todo el mundo. (Esta gripe mató a más personas que la Primera Guerra Mundial. A diferencia de la mayoría de las epidemias de gripe, la mayor parte de las víctimas fueron personas sanas entre quince y treinta y cuatro años).

1957 GRIPE ASIÁTICA: 700 000 personas en los EE.UU.

1968 GRIPE DE HONG KONG: 500 000 personas en los EE.UU.

FIEBRE ESTACIONAL: 400 000 personas en EE.UU.

Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

Hasta ahora, el virus se extiende por medio de las aves migratorias que no parecen enfermar directamente, de modo que pueden volar varios cientos de kilómetros tras la infección. Entonces durante una semana más o menos parecen extender el virus en los lagos o marismas donde aterrizan. Otras aves salvajes se infectan, vuelan y extienden aún más la enfermedad. Las aves domésticas que se encuentran con las salvajes o beben del agua donde estas han estado, enferman. En los pájaros domésticos, el virus parece ser más virulento y mata más rápidamente. Se piensa que el virus se vuelve más virulento en poblaciones que viven en espacios cerrados.

Hasta la primavera de 2005 el virus estaba confinado al Sureste Asiático. En julio de 2005 aves infectadas lo habían llevado hasta Siberia, donde la avenida aérea norte-sur se encuentra con la este-oeste. Como resultado ya se ha extendido hasta Turquía e Iraq.

Desde 2003, la OMS ha informado de que han sido identificados pacientes con el virus H5N1 en Vietnam, Camboya, China, Indonesia, Tailandia y, más recientemente, Turquía e Iraq. El número de personas infectadas y fallecidas se incrementa cada año. Según la OMS, ha habido hasta ahora unos 140 casos en humanos en Asia y, más recientemente, al menos 15 en Turquía. El número oficial de casos y muertes solo incluye aquellos casos confirmados por la OMS, siendo posible que otros hayan enfermado y muerto sin seguir tratamiento médico.

En enero de 2006 se anunció que una chica iraquí de quince años había muerto de gripe aviar tras tocar un pájaro muerto infectado. Debido a la proximidad de Iraq con Turquía a nadie le sorprendió que la enfermedad se hubiese extendido. Sin embargo, los expertos en gripe señalan que esta es su pesadilla: que penetre en la población humana antes de que se pueda hacer nada. Si se informa de los brotes cuando aún la enfermedad se encuentra en la población aviar, hay formas de intentar evitar que se propague. Una vez que un área ha sido infectada el tiempo suficiente para que se extienda entre la población, es mucho más difícil de controlar. Por ejemplo, Turquía permitió que la enfermedad viajara a través del país, de modo que ahora están intentando controlar 55 brotes en quince provincias.

Hasta la fecha, parece que todos aquellos que han contraído la mortal enfermedad estaban en contacto directo con patos, pollos o probablemente palomas infectadas. No hay aún evidencias concluyentes de que el virus se transmita entre personas. Pero los virus mutan rápidamente, y se teme que el virus evolucione hacia una forma que se pueda extender entre la población.

Hay «buenas y malas noticias» con respecto a este virus. Las malas son que hasta ahora el virus ha matado a más de la mitad de las personas que ha infectado (como resultado de una transmisión de ave a humano). Si hay buenas noticias (o al menos esperanzadoras) es que el H5N1 ha circulado en Asia durante unos doce años y aún no se ha transmitido entre personas.

¿CÓMO PUEDE MUTAR EL VIRUS?

Los científicos saben que hay dos posibles formas de que el virus se convierta en uno que se pueda transmitir entre humanos. La primera es si se combinan las cepas de la gripe aviar y la humana. La mezcla genética puede ocurrir cuando una persona es infectada por ambas cepas a la vez.

La segunda posibilidad es que el propio virus sufra una mutación suficiente como para realizar el salto. Un análisis reciente de la cepa de la gripe de 1918 (véase el cuadro de texto correspondiente) indica que es probable que sea fácil que la gripe mute por sí misma.

¿Es esto otro «que viene el lobo»?

El escenario pintado por los expertos no es más que una especulación (aunque con base científica) que la mayoría de los líderes mundiales se están tomando en serio. Y como siempre, todo el mundo se acuerda del cuento del lobo.

En 1976 hubo una gran preocupación debido a que la gripe porcina comenzó a infectar a la gente, y al mando de Gerald Ford, el gobierno de los EE.UU. trató de activar rápidamente un programa de vacunación nacional. Finalmente fue vacunado un tercio de la población adulta, pero la epidemia de la gripe porcina nunca se retiró. En el análisis final, más gente sufrió los efectos secundarios de la vacuna (incluyendo el síndrome de Gullain-Barre) que de la propia gripe.

Esto hace que el gobierno no se atreva a actuar de manera agresiva. La dificultad está en evaluar el riesgo y decidir si la gripe aviar es una amenaza real. Y de hecho, a fecha de 2006, el mundo está comenzando a convencerse de que es una posibilidad muy real.

LO QUE NECESITA HACERSE

El plan ideal para tratar con la gripe H5N1 era controlar la enfermedad antes de que se estableciese. Esto incluiría eliminar el virus en las aves domésticas en el extranjero (vacunar a las aves o eliminarlas antes de que el virus se extienda por aves migratorias) antes de que pueda mutar a una cepa que se transmita entre humanos. Una temprana detección y una rápida respuesta a la gripe aviar a escala global podría reducir drásticamente los costes de tratar con una pandemia humana.

Ya que parece que hemos perdido la capacidad de controlar el virus de esta forma, debemos acudir al «Plan B», es decir, hacer planes con vistas a un virus que se transmite entre humanos. Las dos vías para luchar contra el virus son la vacunación (la mejor opción) y los medicamentos antivirales.

Crear una vacuna no es fácil. Cada año, los fabricantes de vacunas para la gripe estacional tienen que deducir qué gripe surcará el planeta al invierno siguiente. Las vacunas existentes son inútiles contra el H5N1, de modo que combatirlo con una vacuna requerirá anticiparse a las mutaciones para que cualquier vacuna creada ataque al virus correcto.

El proceso de fabricación de vacunas es en sí mismo todo un desafío. Hasta ahora, el proceso incluía inyectar un virus de gripe en un huevo de gallina fertilizado, mezclar un virus «salvaje» con uno de «laboratorio» para asegurarse de que el virus se replica dentro del huevo y así se convierta en una vacuna. El «método del huevo» requiere nueve meses desde que se identifica que el virus es un riesgo hasta la distribución de la vacuna, y no es tiempo suficiente para que se cree un suministro mundial.

Ahora los científicos tienen un proceso más rápido de crear vacunas que emplea la genética inversa. Con este método, el virus vivo de la gripe se inserta en los lazos de ADN llamados plásmidos. Los plásmidos se unen al virus de la gripe en el laboratorio. Al usar la genética inversa, los científicos pueden crear exactamente el tipo de virus que necesitan sin tener que añadir virus de laboratorio. Deberían poder crear la vacuna básica en un tiempo mucho más corto (probablemente en cuatro semanas).

Si no hay tiempo suficiente para crear la vacuna —o si la creada no es efectiva— entonces los doctores tendrán que recurrir a los medicamentos antivirales. Dos de ellos, el oseltamivir (vulgarmente conocido como Tamiflu) y el zanamivir (Relenza) pueden reducir la severidad y duración de la enfermedad. Ambos pertenecen a la clase de inhibidores de las neuraminidasas (inhiben la actividad de la proteína del virus de la gripe) y han de comenzar a suministrarse antes de cuarenta ocho horas de los primeros síntomas. A menudo los medicamentos antivirales acaban siendo inefectivos si se usan demasiado, de modo que no hay garantía de que funcionen cuando se les necesita.

LO QUE SE HA APRENDIDO DEL VIRUS DE LA GRIPE DE 1918

La virus de la gripe H5N1 está más cerca en su composición al de la gripe de 1918 que cualquier otro que haya en circulación, por esta razón se ha considerado de interés el virus de la gripe española.

La gripe de 1918 comenzó como una gripe humana normal que circuló en los EE.UU. en 1918. En verano el virus alcanzó los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Allí, entre los que estaban en las trincheras, camiones, trenes y hospitales del frente occidental, se volvió letal, al igual que la gripe aviar hace entre aves apiñadas en las granjas.

Debido a que los científicos de la época no habían aprendido a aislar virus para su estudio, no había datos ni maneras fáciles de aprender nada de la pandemia. El doctor Jeffery Taubenberger, jefe del departamento de patología molecular del Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas en Washington, creyó que aquel virus tenía una historia que contar, de modo que desarrolló un plan para recrear el virus y estudiarlo. En un proyecto de diez años finalizado en el otoño de 2005, Taubenberger y su equipo aislaron y comenzaron a estudiar la gripe española.

Trabajando bajo extremas condiciones de seguridad para no poner en peligro al personal o permitir que el virus escapara, Taubenberger y su grupo de investigación localizaron tejido pulmonar de dos soldados que murieron de la gripe de 1918 en un almacén de tejidos de autopsias fundado por el presidente Lincoln. La importancia de un manejo cuidadoso del virus fue demostrada recientemente cuando unas pruebas del virus del SRAS (síndrome respiratorio agudo severo) en Pekín causaron que varios trabajadores del laboratorio se infectaran con el virus.

Recibieron una tercera muestra de un patólogo retirado, Johan Hultin de San Francisco, que se gastó su dinero en ir a Alaska, donde le dieron permiso para excavar un cuerpo de una fosa común en una comunidad en la que habían muerto setenta y dos adultos de la gripe de 1918. Debido a que la tumba estaba en permafrost, los cuerpos habían estado congelados todo este tiempo. Extrajo tejido pulmonar de una mujer y se lo envió a Taubenberger para que lo estudiara. El propio Taubenberger se ocupó de conseguir muestras de las aves del Smithsonian que habían muerto en 1918-1919 para poder identificar que era un virus aviar.

Aunque hizo falta una década para componer el virus, los investigadores no solo han analizado el virus, sino que han llevado a cabo experimentos de intercambio de genes para determinar qué debilita al virus y qué lo hace más fuerte.

Al comparar la gripe de 1918 con los virus de hoy, Taubenberger descubrió que el virus tenía alteraciones en entre 25 y 30 de sus aminoácidos. Aquellos cambios (menos de los esperados) hicieron que un virus aviar se transformara en un virus asesino que podía extenderse entre la población. El virus de la gripe aviar actual ya ha realizado 5 de los 10 cambios encontrados en el virus de 1918.

Nada nuevo bajo el sol

Aunque la posibilidad de una pandemia de gripe aviar tiene la atención de la prensa y el público, es interesante echar la vista atrás y ver que otras enfermedades también han causado este tipo de alarma. El 13 de julio de 1883, el New York Times habló de que el cólera se extendía en Egipto, y el artículo estaba acompañado de historias de París y Londres. En París, la Comisión de Higiene decretó que Louis Pasteur viajara a Egipto a ofrecer su ayuda, en Londres, el Sr. Gladstone anunció ante la Cámara de los Comunes que el gobierno enviaría al Cirujano General Británico que tenía experiencia en tratar el cólera.

EL FUTURO INCLUYE LAS ENFERMEDADES ZOONOTICAS

En los últimos treinta años, ha habido un gran incremento en el número de nuevas enfermedades que han saltado de la fauna salvaje a los humanos, y han resultado ser bastante graves: el SIDA, el ébola, la enfermedad de Lyme, la gripe aviar, el virus del Nilo Occidental, la viruela del simio, y la SRAS están entre ellas.

Debido al rápido cambio del comportamiento humano y la ecología animal, las infecciones se extienden cada vez más. Cuando múltiples especies de animales se encuentran viviendo en gran densidad, se hace posible que los patógenos salten entre especies, y hoy más de la mitad de los casos que surgen han sido transmitidos de animales a humanos. Estas enfermedades están surgiendo debido a cambios en las actividades de los humanos como el comercio con la vida salvaje y los viajes alrededor del mundo.

POR QUÉ ES NECESARIO QUE PRESTEMOS ATENCIÓN

Las enfermedades no conocen fronteras. Aunque en el pasado se localizaran brotes, hoy en día los brotes en un país pueden rápidamente convertirse en un problema para los países al otro lado del mundo. Incluso si la amenaza de la gripe aviar pasa y no nos afecta demasiado, el mundo no debe dormirse en los laureles.

Solo hace falta que recordemos 2003 y el brote de SRAS (síndrome de respiración aguda severa). Durante varios meses el SRAS ocupó los titulares de todos los medios de comunicación. Esta enfermedad se extendió rápidamente a 30 países en el mismo número de días matando a más de 800 personas y aterrorizando a millones. El miedo se apoderó de los Estados Unidos cuando surgió un brote en Toronto, demostrando que la enfermedad podía salir de Asia y llegar casi a cualquier lugar. Todos nos asustamos con las noticias de los ciudadanos de Hong Kong y otras grandes ciudades en el este de China que llevaban máscaras para evitar la transmisión de la enfermedad. Se pusieron en marcha restricciones en los viajes, y la enfermedad arruinó el turismo y los aeropuertos en varios países y causó otros efectos secundarios; desde el cierre de escuelas y cuarentenas hasta varias formas de discriminación.

Aunque resultan muy beneficiosos en el control de muchos insectos, los murciélagos actúan también como reservorios naturales en algunas zoonosis muy importantes: la rabia, el síndrome respiratorio agudo severo, Henipavirus y posiblemente el virus Ebola. Su movilidad, distribución y comportamiento social los convierten en hospedadores y vectores ideales para muchas enfermedades. En general parecen tener alta tolerancia para albergar patógenos y a menudo no desarrollan la enfermedad aunque sean portadores.

La desaceleración del SRAS llegó cuando los científicos rastrearon el origen a un coronavirus que era albergado por gatos y perros, considerados delicias culinarias en el sureste de China. Pero el virus originalmente provenía de los murciélagos. Los mercados que ofrecían fauna salvaje (jaulas repletas de animales a la venta) fueron clausurados, y la diseminación de la enfermedad decreció.

La renuencia de China a admitir el brote fue en gran medida responsable de lo que finalmente fue una crisis temporal. Si el gobierno se hubiese mostrado inclinado a prestar atención a lo que pasaba, quizá el miedo y las prohibiciones en los viajes nunca habrían ocurrido.

Tanto el SRAS como la gripe aviar se generan en reservas de fauna salvaje (organismos que albergan parásitos patógenos para algunas especies pero que no dañan al huésped), y la mejor forma de detener la enfermedad es eliminar las reservas. Es crucial identificar las reservas de estos patógenos emergentes para que los científicos puedan entender cómo surge la enfermedad y predecir y prevenir brotes futuros.

IMAGINAD SI PUDIÉSEMOS HABER DETENIDO EL SIDA

Cuando se habla del SIDA, todo el mundo parece aceptar que entre ciertas poblaciones de nuestra sociedad moderna, el virus del VIH es uno de los peligros. Originalmente, por supuesto, el SIDA era una sentencia de muerte, matando de manera rápida a los jóvenes. Hoy los cócteles farmacéuticos mantienen a las víctimas vivas y con cierta comodidad garantizándoles una calidad de vida aceptable a pesar de la enfermedad.

Pero nada de esto debía de haber sucedido. El SIDA fue por primera vez reconocido en los Estados Unidos en la primavera de 1981, y hubo al menos 181 casos a finales de año. Hicieron falta otros dos años para que los científicos relacionaran la enfermedad con el virus VIH, y compararan el ADN del VIH con el ADN de varios virus relacionados. Los investigadores creen que el virus hizo el salto a los humanos cuando dos virus inmunodeficientes de simios se combinaron en los monos. Los chimpancés a veces matan y se comen otros monos, y los científicos creen que la enfermedad entró en la población chimpancé y de ahí pasó a los humanos que cazaban y comían chimpancés infectados. El VIS chimpancé (virus inmundeficiente simio) se convirtió en el mortal VIH cuando infectó a los humanos. Imaginad las vidas que se podrían haber salvado y el dinero que habría estado disponible para gastar de otra forma si hubiese estado en marcha algún tipo de sistema de vigilancia global cuando comenzó a surgir el SIDA.

ESPERANZAS PARA EL FUTURO: MEDICINA DE LA CONSERVACIÓN

El estudio científico ha revelado que los ecosistemas dañados —caracterizados por las toxinas, la degradación del hábitat, la desaparición de especies y los cambios en el clima— han creado condiciones para que los patógenos se muevan de manera inesperada, incluso de animales a hombres. El Wildlife Conservacion Trust creó el Consortium for Conservation Medicine, con la intención de combinar los esfuerzos entre científicos y el personal médico para interrumpir las rutas de transmisión y prevenir brotes futuros de la enfermedad.

Cerca de casa, los científicos señalan lo que ha ocurrido con la enfermedad de Lyme. Aunque los patógenos que causan la enfermedad llevan aquí mucho tiempo, no crearon un problema para los humanos hasta muy recientemente cuando cortamos los bosques en busca de espacio para los hogares del extrarradio.

La enfermedad de Lyme llega a los humanos fundamentalmente a través de garrapatas que a menudo viajan en ratones de patas blancas. En este proceso faltan los animales que habrían vivido en los bosques y que habrían ayudado a mantener el equilibrio de la naturaleza. Las ardillas, las comadrejas y los zorros son pobres reservas para la enfermedad de Lyme, de modo que podían coexistir con las garrapatas sin extender la enfermedad. También cazaban ratones reduciendo su número. Como resultado, es menos probable que una garrapata en las Adirondacks tenga la enfermedad que una de los suburbios.

Una inferencia similar con la naturaleza ha ocurrido con el incremento en la destrucción de las selvas peruanas. Ha habido una explosión de mosquitos portadores de malaria que se multiplican en los charcos soleados creados por las operaciones de tala. (Para más información sobre la malaria, véase el capítulo 5).

Esto es un problema global que requiere una atención mundial tanto a la ecología de nuestro planeta como a lo que ocurre en las poblaciones de humanos y de fauna salvaje. Si prestamos atención y actuamos, podríamos cambiar muchas cosas.

Los arácnidos son una clase de artrópodos quelicerados de la que han sido descritas más de 102 000 especies. Después de los insectos y los vertebrados amniotas, son el grupo zoológico que con mayor éxito se ha adaptado al medio aéreo. Incluye formas tan conocidas como las arañas, los escorpiones y los ácaros; un superorden de éstos últimos son las garrapatas (parasitiformes), representada en el último lugar de la ilustración.