Y si Martita se tira por la ventana…
Pues yo detrás, mamá, porque soy un ser sin personalidad que cree que tirarse por la ventana es una opción como cualquier otra: «¿Seré abogada o arquitecta? Bah… No. Mejor me tiro por una ventana como Martita.»
Mira, esta frase me ponía, y me pone, de los nervios. Digo «me pone» porque la frase sigue ahí para mí:
—Mamá, me voy a ir de viaje a México.
—¡Uy, a México! Pero si todos los días dan en la tele que allí matan gente. Decapitados, me parece. Ése no puede ser un país normal. ¿Qué vas a hacer tú en México? Qué necesidad tienes con la de España que hay por ver? (Mi madre es muy de España.)
—Pero es que la zona a la que voy es para turistas y muy segura. Hay mucha policía.
—¡Uy! Donde hay policía es que se necesita, que tienes unas cosas. ¿A que cuando tú vas paseando por Gandía no ves mucha? Porque es un sitio seguro, por eso no hay. Además, ¿ésos no son los de la gripe porcina?
—La gripe A, mamá.
—Pues eso, que lo mismo da.
—No es lo mismo, mamá, una la padecen los cerdos y otra, las personas.
—Pues más a mi favor. Entonces, ¿dices que la gripe mortal de personas es mexicana?
—Mamá, eso fue hace un año y en todo el mundo, y han demostrado que no era peligrosa.
—No, claro, no, no era nada peligrosa. ¿Y quién lo ha demostrado? ¿No habrán sido los mexicanos? Por favor, que tú eres de creerte cualquier cosa, que ya lo hemos hablado.
—¡Ay! Mamá, de verdad que es muy seguro y hay unas playas preciosas.
—¡Playas preciosas, dice! En Valencia hay más de cien playas con bandera azul, que ha salido en la tele que es el mejor diploma que le pueden dar a una playa. ¿Las de México tienen bandera azul?
—No la necesitan, tienen el mar Caribe.
—Y Gandía el Mediterráneo, y una arena buenísima que no se pega, y no andan decapitando gente por la calle sin ton ni son. Que además en esos viajes a saber qué te dan de comer, y luego te entran unas diarreas malísimas y te quedas más delgada aún, que te lo he dicho: tú, más que flaca, estás espiritual. Con la paella tan buena que dan en Gandía, y la fideuá, que me dijo tu tía Juani de un sitio estupendo para tomarla, un sitio limpio, limpio, que te ponen manteles de tela; si vas, le dices que eres sobrina de la Juani, la de Manolo, y ya vas a ver que te atienden de primera y te echan un montón de gambas en la ración.
Y justo en este punto, demostrado que la lógica, la información y la racionalidad no funcionan, es cuando yo digo:
—Mamá, Marta fue en junio a México, volvió encantada y no tuvieron ningún problema.
—Y si Martita se tira por una ventana, tú detrás.
Esto fue antes de ayer, 33 años que tengo yo y Martita, una hija y un trabajo como pediatra y un marido serio que haría las delicias de mi madre como yerno. Pero ella sigue siendo Martita y yo un ser sin personalidad, y mi madre, agotadora.
Consecuencias del consejo:
Le he mentido durante años, pero con avaricia. En realidad, sólo una de las treinta veces que cree que he estado en Gandía era verdad. Fui una vez y me hice miles de fotos para usarlas de recurso. Todos vivimos más tranquilos.
Excepciones para utilizar la frasecita:
Cuando Martita se tire por la dichosa ventana.
Versiones:
«¿Será que se desbloquea alguna neurona con el parto? Porque mira que me siento identificada… Mi madre, además, tenía un puntito sádico: ¡nos mentía! Y no sabes qué mentiras. Aquí en Tenerife hay una playa que se llama Las Galletas. Recuerdo la primera vez que fuimos: “Niños, mañana vamos a la playa de Las Galletas.” “Mamá, ¿y por qué se llama la playa de Las Galletas.” “Pues porque en lugar de arena hay galletas y cuelgan de las palmeras.” Imagínate: tres niños sin dormir toda la noche, pensando en el día que nos esperaba, la playa llena de galletas… Y nuestra imaginación volando. Recuerdo perfectamente el sueño que tuve aquella noche: la playa dividida según los sabores. Al día siguiente, hazte la idea de la cara que se nos quedó cuando llegamos a la playa y sólo había arena. Pero mi madre tenía una explicación para todo: “Mamá, ¿dónde están las galletas?” “Hemos llegado tan tarde que ya se las han comido. Es que no se puede llegar a la playa a estas horas.” ¡Y nosotros nos lo creímos! Bueno, por lo menos nos compraba Kinder Sorpresa.» Maynth
«La de mi madre es: “Y si tus amigas se tiran a un pozo, ¿tú detrás?” Y después viene: “Lo que tus amigas hagan me importa una mierda. Tú te quedas aquí”» Anita Patata Frita