VEINTINUEVE

Viernes de Feria. Cientos de policías rastrean la plaza de España y los alrededores. La comisaria mira a Villanueva con una mezcla de pena y ternura, lleva prácticamente una semana sin dormir, tiene barba y unas terribles ojeras.

—Villanueva, ¿está bien?

—Sí, sí, claro que sí.

—Es mejor que lo dejemos, aquí no hay nada.

—¿¿DEJARLO?? ¡NO! ¡Tiene que estar! ¡Jiménez, usted es el que nos ha traído aquí!

Jiménez le mira contrariado.

—Villanueva, usted me dijo que la siguiente nota sería «El lado oscuro es el bigote ese que tú tienes». Aquí se grabó una parte de La Guerra de las Galaxias, que es una peli en la que se habla del lado oscuro, pero es una idea como otra cualquiera, del bigote no tengo ni idea, y hemos buscado por todas partes ya.

La comisaria intenta ser lo más comprensiva que puede.

—Villanueva, 250 hombres llevan peinando la zona desde hace cuatro horas, aquí no hay ningún muerto, y estos recursos igual son necesarios en otro sitio. Vamos a la Comisaría, descanse un poco, y hablamos con el CECOP a ver si nos pueden ayudar en algo.

NO, NO, NO, ¡NO! Tiene que estar aquí, lo presiento… Villanueva comienza a dar vueltas pensativo. Se apoya en una barandilla y parece iluminarse.

—¡El lago! ¡Hay que vaciar el lago!

—Villanueva, como su superior le pido que se tranquilice, está usted desquiciado.

—Comisaria, se lo pido como algo más que como policía, si no vacía el lago de esta plaza, me tiraré de cabeza hasta que encuentre el cadáver que busco. Estoy seguro de que hay algo aquí.