Villanueva y Jiménez están sentados en una mesa circular con Pablo Donaire, director de Discos Tenedor. Tendrá unos cuarenta y tantos años. Va vestido de manera juvenil. A pesar de estar dentro de la oficina, lleva unas gafas de sol puestas. No tiene mucho pelo, pero lo lleva engominado.
—Sí, es verdad.
—Pero ¿eso cómo va a ser, Pablo?
Jiménez no da crédito a lo que le cuentan. Villanueva simplemente escucha y mira alrededor, hay discos de oro enmarcados de Las Carlotas, El Barrio o Ecos del Rocío.
—Pues es porque es, qué quieres que te diga, porque Empani estaba tieso, se lo propusimos y nos dijo que sí.
—Pero, vamos a ver, ¿Empani cómo te va a decir que sí a un disco de Chill-Out?
—Pues así fue, que había hablado con no sé quién de Chambao y que se lo habían llevado muerto. Que colocaron las canciones a Turismo de la Junta, a un montón de programas de Canal Sur, yo qué sé, le comieron la cabeza y se vendió como artista, qué quieres que te diga, y yo estoy aquí para ganar dinero, que con la mierda de la piratería ya sabes cómo está el tema, menos mal que las abuelas no saben descargarse los discos y se los siguen comprando, pero cada vez más los nietos, por ahorrar, se lo descargan a los abuelos y se los llevan. En fin, que sí, que lo del disco de Chill-Out de Empani era cierto, de hecho ya hay varios temas, y del single, que es una versión de Candela que se iba a llamar CandeLounge, grabamos un vídeo y todo en Los Caños con él vestido de lino alrededor de una fogata. Quedó muy fino, por cierto, muy elegante.
Villanueva interroga.
—¿El cantante le dijo que alguien quisiera matarlo?
—Hombre, yo sabía que gracia en el sector no había hecho. Una cosa es irte de las sevillanas a la rumbita… Vale. Pero, claro, al Chill-Out. Él comentaba que lo mismo le decían a Camarón con La Leyenda del Tiempo, pero, vamos, tanto como para que se lo hayan llevado para adelante por esto… Que tú ves el videoclip y no es para tanto.
—¿Él le dio algún nombre?
—Pues Siempre Así, Cantores, Las Carlotas… Prácticamente todos a los que se lo contaba le ponían como un trapo, así que no le sirve de mucho el dato, pudo ser cualquiera, pero desde luego a mí me ha dejado frío. Tenía muchas esperanzas, de hecho ya había nombre para el disco: Chill’n’Mani.
Villanueva y Jiménez se quedan pensativos. Jiménez se atreve a preguntar.
—Has dicho que ya estaba todo medio enjaretado, ¿no?
—Sí, faltan tres temas por masterizar: Slow Romero, Tamboril Lounge y This is Tirititran Millenium.
—¿Qué vas a hacer con las canciones?
—Yo no le temo a nadie, el disco lo voy a sacar, que con la muerte de artistas se vende más, y después estoy pensando hacer un disco de parejas como el que le hicieron a Frank Sinatra después de fallecido. Voy a mezclar las grabaciones que tengo del Empani y los gemelos de Juan y Medio.