La verdadera emancipación del Hombre
Que pena,
Que la «Revolución»
No sea Liberación:
Que no materialice
La abolición del miedo,
Que no permita el imperio
De la hermandad y librepensamiento,
Que estimule la persecución oficial
De los disidentes, que no vulnere la igualdad
Ante la Ley, que no consagre el acatamiento
De los Derechos Humanos, que no logre
Que todos cohabitemos y vivamos felizmente
En paz, que no luzca como el sacudimiento de lo
Socialmente pútrido y la redención de los individuos.
Que pena,
Que la «Revolución» no sea
Una auténtica Revolución
E instaure una república sin
Demarcaciones territoriales:
Sin exclusiones de opositores,
Sin racismo, miseria, pena de muerte,
Torturadores, terrorismo de Estado y Judicial,
Sin segregados a causa de credos o ideologías.
Que pena,
Que en el mundo
La Revolución haya históricamente
Devenido en la santificación del genocidio
Y el crimen político: que no sea un suceso
Odorífico y que hieda en cualquier lugar donde se dicte.
Que pena,
Que la «Revolución» esté
Condenada a ser perpetuamente
Una utopía: que pena, para la Revolución,
Que yo sea un incómodo y verdadero revolucionario:
Alguien persuadido que la auténtica emancipación
De los expoliados empieza en su conciencia para adquirir
Forma suprema con el mayor cúmulo de Actos benévolos que ejecute,
Jamás con los que impliquen la destrucción o el asesinato.