LIV

La verdadera emancipación del Hombre

Que pena,

Que la «Revolución»

No sea Liberación:

Que no materialice

La abolición del miedo,

Que no permita el imperio

De la hermandad y librepensamiento,

Que estimule la persecución oficial

De los disidentes, que no vulnere la igualdad

Ante la Ley, que no consagre el acatamiento

De los Derechos Humanos, que no logre

Que todos cohabitemos y vivamos felizmente

En paz, que no luzca como el sacudimiento de lo

Socialmente pútrido y la redención de los individuos.

Que pena,

Que la «Revolución» no sea

Una auténtica Revolución

E instaure una república sin

Demarcaciones territoriales:

Sin exclusiones de opositores,

Sin racismo, miseria, pena de muerte,

Torturadores, terrorismo de Estado y Judicial,

Sin segregados a causa de credos o ideologías.

Que pena,

Que en el mundo

La Revolución haya históricamente

Devenido en la santificación del genocidio

Y el crimen político: que no sea un suceso

Odorífico y que hieda en cualquier lugar donde se dicte.

Que pena,

Que la «Revolución» esté

Condenada a ser perpetuamente

Una utopía: que pena, para la Revolución,

Que yo sea un incómodo y verdadero revolucionario:

Alguien persuadido que la auténtica emancipación

De los expoliados empieza en su conciencia para adquirir

Forma suprema con el mayor cúmulo de Actos benévolos que ejecute,

Jamás con los que impliquen la destrucción o el asesinato.