XXXIV

Náusea depresiva

Luego que poco

O nada he dormido,

Cada amanecer me

Sobreviene la náusea depresiva.

Ella pretende imperar sobre mi

Ser Físico y Psíquico e igual intenta

Perturbar mi Razón Suficiente, mis principios.

El alba se transforma

En mañana de lecturas y escritura

Dentro o fuera de mi hábitat, según los casos:

Empero, la náusea depresiva prosigue asediándome.

Durante las tardes,

Firmo sentencias de exterminio

Contra quienes pretenden lesionarme,

Alterar mis sentidos, mi quiescencia.

Por ello quiero

Y debo expulsar

Hacia Mundanus

Todo elemento contaminante

Absorbido por mi cuerpo y psique.

También por esa causa

Quiero y debo mantenerme

Emancipado de toda forma

Imperial de inspiración demoníaca.

Cada cual tiene

Una potestad natural

Sobre su proscenia,

Especie de territorio,

E igual posee el derecho

De preservarlo mediante

La promulgación de leyes.

Yo no dicto fusilamientos,

Sólo la abolición de todo cuanto

Forzosa y maliciosamente incursione en mi mundo.