XXXI

Ya estaba muerto

Cuando creíste

—En la realidad y tiempo

Que igual experimenté—

Que podías hacerme daño,

Yo estaba lejos

Del mundo físico que los impíos

Atrofian con su torcida moral y acciones.

Tu maledicencia

Será doblemente castigada

Por la entidad que dictó cómo

Y para cuál causa yo sería transferido

Hacia la Materia Oculta: esa, ya descripta.