Elogias, luego denigras
Cuando anunciaste
Que me admirabas,
Sin escrúpulos prodigabas
Elogios a todo lo que yo escribía.
Un día te dominó la Envidia
Hacia quien creíste tu maestro,
Sin saber que tu ignorancia y
Avidez por la Palestra Pública
Culminaría por encender tus
Denigraciones en mi contra:
Que nada alteran mi Voluntad
Y Determinación de continuar
Siendo el mismo, en cada obra nueva
Mi réplica, jamás El Otro, hasta mi Escisión Cuántica.